*Especial, por Leticia Martín Enjuto (Psicóloga)
Priorizar un sueño reparador no solo beneficia al cuerpo y la mente en el presente, sino que también contribuye a prevenir enfermedades crónicas, mejorar la calidad de vida y promover un bienestar integral a lo largo del tiempo. Así, se concibe al descanso como una inversión para el bienestar. Entre sus beneficios, se destacan:
Físicamente:
- Recuperación y regeneración: Durante el sueño, el cuerpo se repara a nivel celular, se fortalecen el sistema inmunológico y se promueve la –regeneración de tejidos.
- Salud Cardiovascular: Un sueño reparador está asociado con un menor riesgo de patologías cardíacas, ya que contribuye a regular la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre.
- Control del peso: Dormir lo suficiente ayuda a regular las hormonas relacionadas con el apetito, lo que puede prevenir el aumento de peso y favorecer un metabolismo saludable.
Mentalmente:
- Mejora del estado de ánimo: Un sueño reparador está vinculado con una mayor estabilidad emocional, menor irritabilidad y una actitud más positiva.
- Funcionamiento cognitivo: Dormir bien favorece la concentración, la memoria y la toma de decisiones, mejorando el rendimiento académico y laboral.
- Reducción del estrés: Un descanso adecuado ayuda a gestionar mejor el estrés y la ansiedad, promoviendo una mayor sensación de bienestar emocional.
Impacto en la Calidad de Vida:
- Mayor energía y vitalidad: Un sueño reparador proporciona la energía necesaria para afrontar las actividades diarias con vitalidad y entusiasmo.
- Longevidad y salud a largo plazo: La calidad del sueño está relacionada con una mayor esperanza de vida y una mejor calidad de vida en general.
A tener en cuenta para un sueño reparador
- Establecer una rutina de sueño consistente
Se trata de entrenar al cuerpo y la mente a dormir mejor, estableciendo horarios fijos para acostarse y despertarse lo cual ayuda a regular el reloj interno del cuerpo, facilitando la conciliación del sueño y mejorando su calidad.
- Crear un entorno propicio para el sueño
El ambiente en el que dormimos juega un papel crucial en la calidad del descanso. Por lo tanto, se sugiere mantener la habitación oscura, fresca y tranquila. Asimismo, es importante dejar de lado dispositivos electrónicos antes de dormir y utilizar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda.
- Practicar hábitos saludables durante el día
La actividad física regular, una alimentación equilibrada y evitar el consumo de estimulantes como la cafeína o el alcohol antes de dormir pueden favorecer un sueño reparador. Además, es importante gestionar el estrés y la ansiedad a lo largo del día mediante técnicas como la terapia cognitivo-conductual o la práctica de mindfulness.
- Limitar las siestas prolongadas
Si bien las siestas cortas pueden ser beneficiosas, las prolongadas pueden interferir con la capacidad de conciliar el sueño por la noche. Es recomendable limitar las siestas a 20-30 minutos para no alterar el ciclo natural de sueño.
- Consultar con un profesional
Si los problemas para dormir persisten a pesar de implementar estas estrategias, se recomienda buscar ayuda profesional. Un psicólogo especializado en trastornos del sueño puede ofrecer evaluaciones más detalladas, diagnósticos precisos y tratamientos personalizados para abordar las dificultades específicas que puedan estar afectando su descanso.