El dramaturgo cordobés e integrante de Los Modernos, Ale Orlando, se encuentra abocado a diversos proyectos como ‘Los iluminados’, ‘El sueño de los farsantes’ y su unipersonal ‘El oficio más hermoso del mundo’ (con el cual se llevó el Premio Carlos en el verano). Sin embargo, reflexiona que “el trabajo más difícil es ser papá” y, al mismo tiempo sostiene también que “es lo más hermoso de la vida”.
“Estoy seguro que debo tener muchos errores, pero estoy atento a mejorar cada día. Me gusta ser un papá presente y también me encanta decirles mil veces por día que los amo, para que sientan que pase lo que pase, ellos pueden contar conmigo”, revela acerca de su vínculo con Toti, de 24 años, Nino de 16 y Meme de 7.
La primogénita -que hoy es médica- nació en Mallorca, luego del casamiento de ‘Chiqui’ y Alejandro. Al respecto, rememora: “Estábamos allá haciendo teatro, solos y un par de meses después volvimos a Córdoba para mostrarla a nuestra familia. Nos cambió la vida, para siempre”.
Luego, ya instalados en La Docta, fue turno de Antonino. “A mucha gente les llama la atención los nombres similares de nuestros primeros hijos pero, no fue por falta de imaginación -aclara-. Mi papá se llamaba Antonino, falleció exactamente un año antes que él naciera pero estuvo presente durante todo el trabajo de parto, algo que pocas veces conté y nos da mucho orgullo que lleve el nombre de su abuelo que era un divino”.
Por su parte, de Meme, Orlando asegura “terminó de iluminar la vida familiar”. “La buscamos mucho tiempo y estamos enloquecidos”, añade.
En cuanto a la relación con cada uno, describe: “Tienen personalidades muy distintas. Toti es quien más me hace reír en el mundo; Nino es super introvertido, mi mejor amigo; y la Meme es literalmente un personaje entrañable. Parece que fuera un alma vieja, dice y hace cosas de alguien de 70, es la más extrovertida y todos dicen que va a ser actriz”.
Igualmente, lo que prima en el quinteto, junto a mamá, es “el amor, la unión y el compañerismo” -en palabras de Ale-. Finalmente, reconoce los desafíos, indicando: “darles las herramientas necesarias, para que sean personas independientes y completamente libres”. En tanto, “ lo más lindo del mundo es verlos crecer sanos y felices”, agrega.
Para concluir, Ale Orlando aborda aquello que busca transmitirles cotidianamente: “Para mí es fundamental la importancia de la humildad y la generosidad, como también, por supuesto que ante todo sean buenas personas, buenos compañeros y buenos amigos”.