Hogar, dulce hogar. Así reza una popular frase que resume la satisfacción de estar en casa. Y en la búsqueda de propiciar ese sentimiento, Alejandra Esquivel encontró un objetivo de vida. Desde su cuenta, House Chic, la cordobesa –que hoy se define como instagramer– comparte contenido para “ayudar a tener una vivienda más linda, confortable” –en sus palabras-.
“Que sea ese lugar al que te gusta volver, cuando todo lo demás falla, porque ahí se gestan recuerdos con la familia, amigos, con una misma”, agrega. De esta manera, la decoración y el orden son los elementos que prevalecen en las publicaciones que realiza a diario.
Sin embargo, en un universo digital colmado de propuestas similares, su proyecto se distingue porque “Ale” constantemente comunica ideas que trascienden su espacio y son válidas para todos.
La clave del éxito
“Trato de buscarle una vuelta y subo material sobre cosas que por ahí no puedo aplicar yo, pero que le sirven a otro”, explica. Para eso, se vale de imágenes provenientes sobre todo de Pinterest, aplicación con la que se inició como influencer, en 2017.
Hoy, además de continuar con esa dinámica, considera que la caracteriza que su casa “es común y está ubicada en un barrio común”. “Es decir, no es que tiene muchísimos metros cuadrados, sino lo mínimo y justo para una familia tipo”, expone.
Por otro lado, reflexiona también: “Además, mi estilo no está centrado en la moda, en la tendencia. Trato de mezclar con lo que me gusta e introducir ideas de afuera, que puedan adaptarse a nuestro país”.
A través de esas características, tejió una red de más de 200 mil seguidores, de la cual señala que se trata de “mujeres de 35 a 55 años, aproximadamente”. “Tenemos afinidad, -amplía- y compartimos mucho lo que nos pasa en el día a día”.
Sobre lo que intenta transmitirles, afirma: “Realmente lo que quiero es que todos se sientan a gusto en su casa, porque es muy importante. Y, aunque quizá uno no le dé tanta entidad, quienes habitan con nosotros merecen un lugar limpio, agradable, sano, que sea confortable”.
Un poco de historia
“No es la casa que se quiere, sino la que se tiene” es una de las premisas fundamentales de Alejandra, apasionada por la decoración “desde siempre”. Durante su infancia, aquella vocación se mantenía latente, en su interior, sin poder desplegarse.
“No era algo que pudiera poner en práctica. No teníamos casa propia y había que adaptarnos”, rememora. No obstante, con los años, entendió que de eso se trataba: ingenio.
Al respecto, indica: “Cuando fui más grande y me independicé, pude poner a gusto el lugar donde habitaba, sea alquilado o no”. Y sigue: “Comencé a buscar la forma de aprovechar lo que tenía, hasta que pude comprar mi vivienda”.
“Estaba destruida y tuve que arreglarla, pero no me quedaba un peso porque todo lo había puesto en la compra. Me tuve que poner a hacer las cosas yo, viendo tutoriales de YouTube y fue algo que me movió mucho”, señala.
El boom de la ‘deco’
Finalmente, Esquivel destaca la “explosión” del rubro, fundamentalmente a raíz de la pandemia. “Nos dimos cuenta la importancia de contar con un sitio ordenado, con luz natural y cómodo”, asegura.
“Se redescubrieron los hogares y la gente notó que invertir en el bienestar de donde se está, vale la pena. Antes muchas personas se escapaban del lugar de residencia, porque era frío, oscuro o desordenado. Ahora saben que no hay nada más seguro que casa”, dice, a su vez.
Y cierra: “El trabajo, los servicios, el ambiente y cualquier problemática con la que convivimos día a día, no depende de nosotros. El único lugar que podemos mejorar es nuestra casa, para crear el mundo que queremos para nosotros y nuestra familia”.