*Especial, por Valentina Gilardi
Cuando trabajamos los hábitos, de a poquito logramos entender que el foco en las fiestas no debemos ponerlo siempre en el alimento. De esta manera, entendemos que no es necesario comer demasiado, que hay otras cosas mucho más importantes e interesantes por trabajar.
En un evento, en este caso pongamos el ejemplo de las fiestas de fin de año, te propongo que saques el foco de la comida. Así, podes llevar tu energía y atención hacia otro lado, disfrutar de la compañía, de ver a seres queridos que hacía tiempo no veías, de abrazar y reírte con familia y amigos.
La comida siempre estará presente, sobre todo en este tipo de encuentros, pero que no sea lo más importante de la noche y cuando llegue la hora de sentarte a la mesa, elegí lo que prefieras en ese momento.
No pienses en las calorías y no te autoboicotees. Además, elegí lo que el cuerpo te pida y disfrutá de esos alimentos que el resto del año no consumís, de esa bebida típica que solo tomás en esta época.
No obstante, no quiero decir que comamos y tomemos todo lo que se nos cruce a lo largo de estas últimas semanas. Simplemente es empezar a disfrutar de momentos especiales y dejar la culpa de lado.
En tanto, si sentiste que consumiste de más, mañana será un nuevo día y tendrás una nueva oportunidad para retomar tus hábitos. Acordate, es mucho más importante lo que hacemos con nuestros hábitos entre Año Nuevo y Navidad que entre Navidad y Año Nuevo.