En el marco del Día Mundial de la Anticoncepción, la Dra. Silvia Inés Ciarmatori (MN: 84986), a través de Bayer, celebró el incremento de alternativas para evitar embarazos no deseados y que se adecúan a cada mujer.
“Acceder a los métodos anticonceptivos es más que el hecho de evitar un embarazo. Es cumplir con un derecho, para que cada mujer pueda elegir libre y responsablemente cuántos hijos tener y cada cuánto, lo cual llevó décadas instalar”, explica. Y sigue: “La tecnología acompañó esa evolución: hay numerosos métodos para cuidarse, ya que no todas somos iguales ni tenemos las mismas necesidades o preferencias. Incluso una misma mujer, a lo largo de su vida reproductiva, puede requerir distintas cosas”.
Así, afirma que “actualmente, diferentes situaciones sociales, culturales, de vida y biológicas condicionan la elección del método, y la mujer debe recibir información adecuada para poder elegir correctamente”. Una de las características más importantes de los métodos de los métodos es la reversibilidad, es decir, la posibilidad de lograr un embarazo una vez suspendido el método. Dentro de los métodos reversibles, existen dos grandes grupos: los métodos de corta duración y los de larga duración. Dentro del primer grupo se incluyen los métodos de barrera (preservativo) y algunos métodos hormonales, como las pastillas, el anillo vaginal, el parche y los inyectables. Estos métodos son autoadministrados diaria, semanal o mensualmente por la propia usuaria.
En estos, aclara la Médica Ginecóloga: “la eficacia de los métodos depende de que se use correctamente. En los métodos de corta duración, la usuaria debe estar permanentemente atenta y ocupándose del método y por este motivo se puede incurrir en errores en el uso -como por ejemplo, el olvido de pastillas- y, consecuentemente, en una falla del método: el embarazo no intencionado”.
Por su parte, dentro de los de larga duración, están incluidos el DIU de cobre, al sistema intrauterino liberador de levonorgestrel y el implante anticonceptivo, que se destacan por su altísima efectividad, ya que son métodos que no dependen de la usuaria para conseguir un uso correcto. Una vez colocados, la usuaria se desentiende, el método actúa y no se producen fallas del método por errores en su uso. “Parece básico, pero es crucial”, advierte en este sentido Silvia.
Diferencias y ventajas
Respecto a las características de cada uno de los métodos de larga duración, Silvia expone que “todos son igualmente efectivos”. Sin embargo, cada uno tiene sus pros y contras. En el caso del implante, apunta sobre todo a jóvenes que no desean colocarse algo dentro del útero. Igualmente, la mayor desventaja es que produce cambios en el patrón de sangrados que son impredecibles. Es decir, puede provocar desde ausencia de menstruación hasta períodos de sangrados prolongados y(o no programados. En cuanto a su duración, es de 3 años aproximadamente.
Sobre el Dispositivo Intrauterino (DIU), que es una estructura de plástico con un hilo de cobre y se inserta en el útero, para prevenir el embarazo, detalla: “es altamente cómodo, puede durar 3, 5 a 10 años, está desvinculado del coito pero produce un incremento de menstruación, lo que podría, en algunas mujeres, generar anemia”.
Finalmente, el sistema intrauterino (SIU) o DIU hormonal contiene un reservorio de una sustancia que se llama levonorgestrel, absolutamente probada, la cual se libera dentro del útero de manera constante, y tiene la particularidad de reducir el sangrado.
“Esto resulta altamente beneficioso. La reducción del sangrado es consecuencia de un afinamiento del endometrio, que es el tejido que se descama en forma de menstruación cada mes. La función del ovario no se ve afectada. Aproximadamente después de 6 meses de colocado, el 50% de las mujeres o no sangra, o tiene un sangrado muy escaso. De esta forma, se ahorra sangre y hay menos riesgo de anemia”, señala la profesional.
“Entre el 80 y el 90% de las mujeres que tienen sangrado menstrual abundante tienen dificultad para las actividades físicas sean laborales o deportivas; el 60% tiene menor rendimiento escolar y muchas de estas mujeres sufren, además, fuertes dolores pelvianos durante la menstruación. Estas limitaciones se observan también en actividades de la vida diaria: aproximadamente el 50% refiere que le cuesta jugar con sus hijos. Entonces, disminuir el volumen de sangrado es algo muy oportuno”.
A su vez, la Dra. desmitifica la idea de que “el cuerpo se purifica al menstruar”, advirtiendo que “no está probado” que sea nocivo “menstruar menos o no menstruar”. Asimismo, indica que provee otros beneficios como la prevención de la hiperplasia de endometrio (un crecimiento exagerado que puede transformarse en un cáncer), la formación de pólipos endometriales, cáncer de endometrio y de ovario, como también disminuye la progresión de la endometriosis.
Con estas opciones de anticoncepción: Qué tener en cuenta
Para optar por cualquiera de estas posibilidades, Ciarmatori hace hincapié en el asesoramiento médico al que se debe acudir. “Cuando la mujer pasa por el sistema de salud, la asesoramos y nos encargamos, entre otras cosas, de ver si existe alguna situación en particular en la que algún método pueda no estar indicado”, advierte.
Luego, en caso de no existir contraindicaciones, uno de los criterios para elegir el método es el patrón de sangrado. Igualmente, Silvia remarca su afinidad por el SIU, destacando que no tiene estrógenos y la cantidad de levonorgestrel que libera alcanza una concentración alta dentro del útero, pero lo que pasa a sangre es una cantidad ínfima. Cuenta que, en el presente, existen dos modalidades: el clásico SIU de 52 mg de levonorgestrel. y recientemente, se incorporó un nuevo dispositivo un poco más pequeño y con un reservorio de 19.5 mg de levonorgestrel. Ambos dispositivos pueden utilizarse por 5 años; aunque el SIU de 52 mg puede usarse hasta 7 años, manteniendo la misma eficacia anticonceptiva. La principal diferencia entre ambos dispositivos es el patrón de sangrado: con el SIU 52 mg existe una probabilidad más alta de no tener menstruación; en cambio, con el SIU 19,5 se observa una reducción del sangrado, pero menos marcada.
¿Por qué algunas mujeres prefieren seguir menstruando? En torno a esto, la médica sostiene: “En la práctica diaria, algunas mujeres prefieren tener un sangrado, aunque sea escaso, porque les da la certeza de que no están embarazadas, mientras que a otras les da al reaseguro de que todavía siguen siendo fértiles y que su organismo funciona bien”.
Por otra parte, remarca los beneficios del SIU respecto al clásico método de la ligadura tubaria. “Estamos hablando de un método que provee una eficacia anticonceptiva igual o superior a la ligadura tubaria, pero con la diferencia que es reversible. Y esto también me parece importante aclararlo: muchas mujeres que ya no quieren buscar más embarazos o que directamente optan por no tener hijos, solicitan la ligadura tubaria, un método anticonceptivo de carácter permanente y que podríamos considerar irreversible. El cien por ciento de las mujeres que solicitan la ligadura tubaria están absolutamente convencidas de que no quieren tener más hijos; sin embargo, el 30% de estas mujeres regresan en algún momento pidiendo la reversión de la ligadura.”, comenta.
Y cierra: “La realidad es que la reversión de la ligadura tubaria no siempre es exitosa, depende de la edad en que se haga, la técnica que se haya utilizado, entre otros factores. Y el SIU ofrece la misma eficacia que la ligadura, pero con una diferencia sustancial en cuanto a su implementación. La colocación de un SIU implica un procedimiento seguro, ambulatorio y muy rápida (dura un par de minutos); en cambio, la ligadura es un método quirúrgico más invasivo, con todo lo que esto implica: realizar un prequirúrgico, una internación, anestesia general, el reposo del postoperatorio y los potenciales riesgo que se asocian a cualquier cirugía”.