Con la aproximación del calor, nuevamente adquieren fuerza los prejuicios y las inseguridades en torno al cuerpo. En este marco, el espejo y la balanza son tomados, socialmente, como herramientas determinantes. Sin embargo, hay ciertas variables que estos elementos no consideran y que son fundamentales a la hora de elegir caminos a seguir respecto al deporte y nutrición. El porcentaje de masa muscular, de piel, huesos, órganos y grasa, que no se aprecian en el reflejo ni en el número que arroja la balanza, sí pueden conocerse a través de la antropometría.
“Es el estudio de la composición corporal mediante ciertas mediciones específicas”, explica la Lic. en Nutrición, Valentina Gilardi. Y advierte que “debe hacerlo un profesional capacitado, que haya realizado el curso ISAK, el cual es una certificación internacional”.
“Consta de la manipulación, práctica y técnica de determinadas herramientas específicas para lograr dichas mediciones”, añade.
Entre sus beneficios, la profesional destaca que es “económico” y que “se realiza rápidamente arrojando resultados en el momento de la práctica”.
Asimismo, señala que “es muy útil y recomendable para plantear objetivos reales e individuales”, ya que el progreso personal en materia de hábitos saludables, puede apreciarse a través de cambios en los resultados arrojados.
Para clarificar más, ejemplificó: “Si una persona tiene un determinado peso, pero está trabajando sus hábitos alimentarios y está haciendo ejercicio de manera regular, es probable que su porcentaje de grasa corporal disminuya y/o su masa muscular aumente”.
“Esto implica que habrá cambios en la forma de su cuerpo, las tallas de sus prendas, su energía, su rendimiento, etc., y respecto al peso, puede haber variaciones para arriba o para abajo o incluso, seguir con el mismo peso, pero habiendo mejorado su composición corporal”, detalló.