Aunque la caída del pelo ocurre a diario, cuando se vuelve persistente y en exceso, es momento de consultar a un médico dermatólogo para evaluar el origen de la perdida y elegir así el mejor tratamiento. La Dra. María Paz Gaggino explica cuándo es fundamental ocuparse y de qué forma.
Causas más frecuentes
Alopecia androgenética
Es la más común y tiene un origen genético y hormonal. En hombres, puede afectar hasta al 80 % y suele comenzar entre los 16 y 30 años, manifestándose como entradas y pérdida de densidad en la coronilla. En mujeres, es menos frecuente, afectando hasta un 40 % en algún momento de la vida. Se presenta como un ensanchamiento de la raya del pelo y una disminución de densidad en la parte superior de la cabeza. En estos casos, siempre es importante descartar problemas hormonales.
Se utilizan lociones y comprimidos, y en algunos casos se complementa con mesoterapia o PRP (plasma rico en plaquetas).
Efluvio telógeno
Se trata de una caída difusa y no localizada. Los pacientes suelen notar una mayor cantidad de pelos en el cepillo, la ducha, la almohada o el piso. Puede ser desencadenado por múltiples factores, como infecciones (COVID-19, dengue), ciertos medicamentos, cirugías, desbalances hormonales o deficiencias de vitaminas y minerales.
Lo principal es corregir la causa, por ejemplo, tratar una anemia o un problema de tiroides.
Otras alopecias
Existen tipos, como la alopecia areata, en la que el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, provocando zonas sin pelo en parches. También están las alopecias cicatriciales, otro gran grupo menos frecuente donde los folículos se dañan de manera irreversible y el pelo no vuelve a crecer.
Se emplean medicamentos orales y tópicos específicos según la condición, como corticoides, inmunosupresores o antibióticos.
“No existen soluciones mágicas, pero hoy en día hay tratamientos muy efectivos para las alopecias”, aclara igualmente Paz.

Prevención
No todas las formas de alopecia pueden prevenirse, pero ciertos hábitos pueden contribuir a mantener un pelo saludable.
- Un sueño adecuado es clave. La melatonina, hormona reguladora del sueño/vigilia, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que protegen los folículos pilosos del estrés oxidativo.
- Evitar dietas extremas es fundamental. Las deficiencias nutricionales pueden debilitar el pelo. De esta manera, dietas mal planificadas, como algunas veganas o vegetarianas, pueden generar déficits de hierro, zinc y vitamina B12, favoreciendo la caída.
- Controlar la salud general es importante. Los chequeos médicos permiten detectar y tratar alteraciones hormonales, anemia o enfermedades inflamatorias.
- Reducir el estrés ayuda a prevenir ciertos tipos de alopecia.
- Evitar agresiones químicas y mecánicas también es recomendable. Tratamientos como alisados agresivos o peinados muy tirantes pueden dañar el folículo y contribuir a la caída.

5 signos de alerta
Es normal perder hasta 100 pelos al día, pero hay signos de alarma que requieren consulta.
- Si se nota menos densidad en la coronilla o afinamiento del pelo en esa zona. Un signo sutil puede ser que el cuero cabelludo quede más expuesto al sol y notes que te quemás la raya del pelo cuando antes no te pasaba.
- Si la colita de pelo se vuelve cada vez más fina.
- Si hay caída de pelo en mayor cantidad de lo habitual, ya sea en la ducha, la almohada o el cepillo.
- Si aparecen placas redondas sin pelo.
- Si hay cambios en el cuero cabelludo junto con la caída, como picazón, caspa o lesiones similares a granitos.
Un diagnóstico temprano mejora el pronóstico del tratamiento. Hoy se cuenta con herramientas como la tricoscopía, que permite analizar el cuero cabelludo y el pelo en detalle para determinar la causa de la caída.
Mitos y verdades sobre la caída del pelo
Lavarse el pelo todos los días hace que se caiga más. Falso.
El lavado no provoca caída. Lo que se ve en la ducha son pelos que ya estaban en su fase de desprendimiento natural. No lavarlo con frecuencia puede generar dermatitis y aumentar la caída.
Si me corto el pelo, va a crecer más fuerte. Falso.
El pelo crece desde la raíz, no desde las puntas. Cortarlo mejora su apariencia, pero no afecta su crecimiento ni su grosor.
Usar gorra, casco o sombrero provoca calvicie. Generalmente falso.
No asfixian el pelo ni provocan caída. Sin embargo, en algunos casos de alopecias menos frecuentes, el roce constante puede ser un factor contribuyente.
“Si mi papá es calvo, yo también lo seré”. Medio verdad.
La alopecia androgenética es hereditaria, pero no solo se transmite por la línea paterna. Hay más de 70 genes involucrados y, hasta hoy, no existe un test genético fiable que prediga con certeza quién la desarrollará.
Dormir con el pelo mojado hace que se caiga más. Falso.
No aumenta la caída, pero puede favorecer la proliferación de hongos y causar inflamación o caspa. Además, la fibra capilar puede dañarse más fácilmente.