Nacida en una familia cordobesa relacionada con las llamadas “ciencias duras”, Carla Dogliani siempre se sintió “distinta”. “Vengo de una familia alejada del arte. Mi papá es Geólogo, mi mamá es Química y tengo un hermano médico y otro Ingeniero. Yo salí para otro lado”, cuenta entre risas sobre el origen del amor por lo que hace.
La actriz y humorista se vinculó por primera vez con la actuación a los 10 años aproximadamente. Al respecto, rememora: “Era bastante ‘insoportable’ de chica en casa y me llevaban a actividades. Entre ellas, un día fui a teatro y me voló la cabeza”.
Así, emergió su vocación. A la par, tuvo la oportunidad de realizar sus primeros papeles y dejar brotar su incipiente talento en obras escolares. Desde entonces, nunca paró y continuó con talleres, seminarios y otras instancias formativas para nutrir aquella pasión.
Años más tarde, finalizó el colegio y al momento de decidir su futuro, se inclinó por cursar Psicología. No obstante, no relegó su vehemencia por la interpretación y continuó con las capacitaciones para el desempeño sobre el escenario.
Hasta que, una interrupción en el dictado de clases de la carrera ofició de puntapié para estudiar lo que verdaderamente le gustaba, algo que en principio no se animó ante la incertidumbre. “No sabía de qué trabajaría”, reconoció.
De esta manera, tiempo después, se convirtió en Licenciada y Profesora de Teatro. Acerca del paso por las aulas, recordó: “Nos hacían transitar por todos los géneros lógicamente, pero tenía el humor a flor de piel”. Y siguió: “Me acuerdo que un profesor me dijo ‘está todo bien, te pondría un 10 pero debes hacer un drama porque una actriz es maleable’ y fue todo un desafío porque yo pasaba al frente y mis compañeros ya se reían”.
Asimismo, como una incansable aprendiz, prosiguió con instrucciones “informales” y también realizó un posgrado. Actualmente, se encuentra cultivándose a través de un curso de Marketing en Proyectos Culturales.
En tanto, en el ámbito laboral, logró trascender las salas y abrirse paso en la radio, la conducción y, a su vez, supo proseguir forjando experiencia en las tablas. Hoy, junto a la Doctora Eugenia Bazán Quiroga, Sexóloga Clínica, giran con “Sexo a Gusto”. En la propuesta interactiva, la profesional y “La Bicho”- personaje encarnado por Dogliani- abordan diversos tópicos asociados a la sexualidad.
Mientras su carrera asciende, admitió: “Ahora me enorgullezco de mi diferencia, soy feliz como soy”. Y se definió a sí misma: “Considero que soy una mujer en pleno crecimiento y evolución, que juega y ama lo que hace”.
Humor y respeto, de la mano
“La Bicho”, figura creada por Dogliani que la catapultó a la fama, se gestó en el seno del teatro “under”. El término, de origen inglés, alude a lo “subterráneo” y sirve para designar a los movimientos contraculturales, que se consideran alternativos.
Sin embargo, el despegue del personaje ocurrió años después de su creación, gracias a la viralización de un audio de WhatsApp que Carla envió a un amigo de su exmarido. La humorista repasó la anécdota: “Ellos tenían un grupo para jugar al fútbol y estaban organizando un asado, pero el ‘Pejo’ dijo que no podía porque era el cumple de la cuñada y ahí empezaron a darle con un caño”.
“Entonces mandé ese mensaje y a la media hora, una amiga, que estaba en Costa de Marfil siendo médica sin fronteras, me manda otro audio donde se escuchaba el mío de fondo y ella riéndose”, amplió. Y siguió: “No entendía nada, pensé que estaba afuera de casa, pero después me contó que a uno de los chicos de Cascos Azules (ejército de la ONU) se lo había pasado su papá”.
Carla señaló que aún desconoce quién fue el primero en difundir la broma. No obstante, fue de esa forma que pasó de “pagar para actuar” –en sus palabras- a estar reunida con managers que anhelaban representarla.
En cuanto a la composición de La Bicho, explicó: “No busco representar a nada ni a nadie. Está inspirada en alguien, pero es una caricatura y creo que a la gente le gusta, porque no se burla, solo se ríe de sí misma y es imposible que falle esa fórmula. Y, en lo personal, siempre me reí de mí misma”.
“Lo hice con mucho respeto, a la mujer, a la persona y al arte”, añadió y comentó que, por la popularidad que adquirió, debió modificarle la voz para que le quede “cómoda”, aunque aclaró que “la esencia es la misma”.
Igualmente, como todo, el salto a la fama tuvo sus altibajos y debido al “aturdimiento” que le provocó, Carla se mudó a México y pausó el furor. “Al principio era hermoso, pero después hubo un quiebre, por lo que tiré todo y me fui a vender hamburguesas veganas durante año y medio. No tengo grises”, confiesa. “Allá no era nadie y me ayudó a que se me acomoden los patitos, centrarme y así volver”, indicó y sentenció: “Creo que la clave es amar lo que haces y divertirte y no me estaba divirtiendo”.
Enseñar con el lenguaje de la risa
Previamente a la popularidad alcanzada y, hasta hace unos años, Carla ejerció su título de docente. Sobre el objetivo que primaba en sus clases, reflexionó: “La educación artística tiene como finalidad transmitir valores para, desde ahí, compartir y aprender tanto formas de expresión, como el respeto, la escucha y a manejar las emociones”.
Ahora, aunque lamentó no tener tiempo para continuar con esa tarea, la trasladó a escena, mediante las funciones con Bazán. La dupla tiene como propósito “romper mitos y estructuras” y lo logran constantemente, a sala llena.
“Euge es un mujerón y toma la sexualidad como salud. Nos conocimos a la salida de un programa porque se le pinchó la rueda y me invitó a hacer una transmisión en vivo y algo me vibró. Después vino el show”, relató sobre el surgimiento del espectáculo. En el mismo, la Dra. es la encargada de los aspectos técnicos y La Bicho de bajar esos tecnicismos al entendimiento masivo.
En este marco, la humorista admitió que “no le costó” preparar al personaje para encarar el desafío y profundizó: “Con Euge tengo una red de contención y a La Bicho le debo la vida, me emociona mucho y me enorgullece lo que estamos viviendo”.
Por otro lado, además de la mítica creación, hoy Carla se pone en la piel de “Norma Guardia” y de “Janet”, también ligadas al humor. La primera la describe como “picaresca y naíf”, mientras que, de la segunda destaca: “Es crítica, comprometida y viva”. Pero, de ambas, expresó: “Busco indagar en distintos perfiles de la feminidad”.
Finalmente, reveló que, en sus planes a futuro, quiere “filmar una película, con un personaje retorcido y rebuscado, oscuro, que tenga dolor, para trabajar un resurgir”, aunque instó a ver representaciones dramáticas que ya hizo anteriormente.
Por último, adelantó: “Este año, para la temporada, se viene una comedia dramática, algo nada que ver a lo que hice hasta ahora. Va a estar el Flaco Pailos, Ale Orlando de Los Modernos e Ivana Acosta, quien trabajó con Capusotto”. “Hay un guionazo, tengo miedo, pero se viene algo precioso”, concluyó.
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