Chicha es una de las pocas mujeres cordobesas que no requieren presentación. Bella, carismática y siempre impecable, para ella la palabra vejez no existe y cada año nos sorprende encarando nuevos desafíos. Entrevista a una mujer admirable, para la que siempre vale la pena tener sueños y atreverse.
Por Cheche Caudana
Fotografía: Mariano Bazán
Redes: Candelaria Lanzaco
Make up: Emília Borches
Looks: Adriana Costantini
Agradecimiento especial: J. Torres Peluquería
–Has hecho de todo, tenés una trayectoria extensísima en el mundo de la moda,
fundaste una de las agencias más importantes de Córdoba, seguís encarando
proyectos y hoy sos tapa de Ocio. ¿Siguen teniendo para vos significado este
tipo de cosas?
–Pero por supuesto, me alegra muchísimo, para mí es un honor ser tapa de una
revista, ¡me encanta! Y sobre todo de Ocio que nos representa muchísimo a todas las
mujeres…¡por vos que te quiero tanto!
–Esta es la última edición del año y tiene que ver con los balances, con los
encuentros, y por eso elegimos el título “Celebrar la vida”. Para nosotras sos un
ejemplo de eso, pero para vos Chicha ¿qué significa?
–Para responderte la voy la voy a mencionar a Frida Kalho, porque es una mujer que
ha tenido mucha fuerza, es la maestra de la resiliencia y creo, como ella dice, que a la
felicidad hay que buscarla todos los días, que no depende del momento o de lo que
estamos viviendo, sino que tiene que ver con la actitud con la que encaramos esos
problemas, con la actitud ante la vida. Porque la felicidad es eso: decidir ser feliz. Y yo
decidí ser feliz, a pesar de todos los altibajos que he tenido en mi vida. La verdad es
que tengo que agradecerle todo lo que me ha dado: tengo una familia maravillosa, tres
hijos, seis nietos divinos que adoro, tres hermanas (que estamos muy bien) y amigos
entrañables. En mi trabajo siempre me ha ido fantástico. Mannequins ha cumplido 37
años y aunque yo ya no estoy al mando de la dirección (Natalia Bula y Juan Carlos
Lagger están ahora a cargo), la agencia ha sido siempre un hijo para mi y sigue
siéndolo. Estoy muy contenta de cómo se está llevando todo adelante, de cómo ese
“hijo” sigue creciendo, desarrollándose y evolucionando.
–Me hablabas de la resiliencia y de tu actitud, que fue una herramienta
fundamental para superar uno de los momentos más complicados de tu vida:
cuando padeciste cáncer. ¿A que te aferraste para afrontar ese momento?
–Yo creo que a mí, tener una niñez un tanto traumática, en el sentido de que no fue
muy normal, me hizo muy fuerte. Desde los dos años, debido a una enfermedad de mi madre, fui criada por mi abuela junto con mi hermana. A los 12, con mi mamá ya
estaba un poco mejor, volví a vivir con ella, pero cinco años después ella falleció y otra
vez volví a la casa de mi abuela. Fueron muchos desarraigos y experiencias difíciles,
pero creo que todas esas dificultades crearon en mí mucha fortaleza, además siempre
tuve, desde chica, una actitud muy positiva.
Uno nace con una tendencia y yo soy sobre todo muy soñadora y apasionada. Creo
que esos contratiempos que tuve en la vida me ayudaron a saber adaptarme a todas
las circunstancias. Yo, de todo he tratado de sacar un aprendizaje, de ser una “coach”
de mi vida. De los problemas hacía surgir la creatividad y esa creatividad la
aprovechaba para hacer cosas.
Por ejemplo, te cuento que mi primera Pyme no fue Mannequins, sino el diseño de
moda. Yo diseñaba moda tejida, lo hice durante 10 años, pero después, al nacer la
agencia que fundamos con Irma y Jorge me aboqué de cabeza a eso. Me dediqué por
completo a transmitir mis experiencias como modelo.
Todo eso sucedió allá por 1981. En 1987 me separo, con tres hijos adolescentes, y
para mí la separación fue algo muy fuerte y quizás repercutió en mi salud. Dos años
después descubro que tengo cáncer, pero no lo recuerdo como algo tremendo, no
sentí por qué a mí. A lo mejor lo fue, pero no recuerdo de haberlo tomado tan
drásticamente. Creo que no tuve tiempo. Cuando el médico me dijo: “¿Cuándo se
puede operar?” “¿Qué, tengo cáncer?”, le pregunté, y él no se animaba a decirme. En
esa época no se hablaba de esa enfermedad. Y entonces le remarqué: “Tengo que
saber porque estoy sola, tengo tres hijos, actividades y tengo que acomodar mis
cosas, organizarme”. En ese momento no tuve tiempo de pensar, solo de actuar, y salí
adelante.
–Decías que desde niña eras muy soñadora y aunque no te tocaron las mejores
cartas de la vida cuando eras pequeña, supiste reinventarte. ¿Recordás con qué
soñabas de chica?
–La verdad es que tengo muchas lagunas de mi niñez. Recuerdo solo cosas puntuales
y por lo general cosas buenas. Me acuerdo de la belleza de mi abuela, que era una
mujer maravillosa que hasta el día de hoy recuerdo y evoco, al igual que los valores
que ella me transmitió. Era una mujer que murió a los 100 años, cuando yo me casé.
Ella había nacido en 1864 y con 100 años se diseñó el vestido para mi casamiento.
Cuando alguien venía y le hablaba de la vejez ella decía: “Yo no voy a ser vieja
nunca”… ¡Cómo querés que yo no piense lo mismo!
–Y hablando de eso, ¿cómo te llevás con el paso del tiempo?
–¡Muy bien! Mientras la salud y la mente me acompañen, me voy a sentir fantástica.
Creo, como dice el proverbio hindú, que “la vejez está cuando los recuerdos son más
fuertes que la esperanza”. Y yo siempre tengo proyectos. Este año comencé dos
proyectos. Las personas de mi edad y hasta mis amigas, me dicen que estoy loca.
Pero es al revés, yo creo que es la forma de sentirme cada vez mejor, porque llevo
adelante la actividad de una mujer joven, y aunque no lo soy, no me doy cuenta de
que tengo la edad que tengo. Tengo proyectos, tengo metas, tengo sueños.
Este año comencé charlas y talleres personalizados para mujeres adultas y mi llegada
a la TV no la busqué, llegó. Comencé en el programa Como dos extraños para darle
una mano a mi querida Ana María (Alfaro) y cuando ella falleció, decidieron que
siguiera en el ciclo y yo trato, como siempre, de dar lo mejor, de aprender. Yo aprendo
todos los días, así que cuando la gente joven cree que sabe todo, no lo puedo creer.
Yo a esta altura de mi vida sigo aprendiendo y me encanta que me enseñen.
–¿Qué descubriste de vos haciendo televisión?
–En realidad, tengo la ayuda enorme de Juan (Ratti), un profesional de más de 50
años en la televisión, sino no me hubiera atrevido. Yo hago la co-conducción y tomo
este trabajo de manera natural, tal como soy yo. Mi estilo es ser fiel a mi personalidad,
creo que por eso las cosas me salen, y porque además me atrevo al cambio. ¡Hay que
atreverse al cambio! Uno a veces está en la zona de confort, decide cuidar ese “nidito”
y no se anima a salir. Pero en realidad hay que animarse a salir de la costumbre, de la
seguridad, es la única forma de tener la mente ágil. Crear cosas y atreverse. No te vas
a creer que a mí no me dio miedo cuando me pidieron que reemplazara a Ana.
Aunque por dentro tenía mucho temor, me animé, al igual que con el tema de las
charlas. Por eso te digo, es atreverse. Cuando una hace algo con mucha pasión y le
pone trabajo, esfuerzo, responsabilidad e idoneidad, ¿por qué te va a ir mal?
–Hay que confiar más en uno mismo…
–En realidad, ¡hay que quererse! Mirá, yo creo en la actitud, que es muy importante
para llegar el día de mañana a la plenitud. El conocerse, pero no en el sentido estético
de mirarse en el espejo (aunque también ayude muchísimo), saber cuáles son tus
defectos, tu personalidad, tu temperamento, tus debilidades, ayuda a moderar esos
defectos, pero también a potenciar esas virtudes. Al conocernos recién podemos
aceptarnos y al aceptarnos debemos aprender a querernos y respetarnos, porque es
un boomerang… sino cómo querés que te vean los demás. Todo lo interior se
transmite al exterior, hay que trabajar en eso.
–En 2019 llega un cumpleaños muy importante en tu vida. ¿Como vas a celebrar
y por qué vas a agradecer?
–Voy a celebrar la vida haciendo una de las cosas que más me gusta hacer: viajar. Un
viaje importante con mis hermanas. Un viaje de mujeres. Estoy realmente feliz. Y si
tengo que poner en la balanza las cosas buenas y malas que tuve en la vida, tengo
que agradecerle muchísimo. Ojalá la vida me siga dando salud y una mente clara para
poder dar siempre lo mejor de mi.
“La felicidad es eso: decidir ser feliz. Y yo decidí ser feliz, a pesar de todos los
altibajos que he tenido en mi vida”