Se sabe que la fertilidad disminuye a mayor edad. No obstante, para aquellas mujeres que, por diversas razones, quieren postergar su maternidad, actualmente la congelación de óvulos es una posibilidad propiciada por la ciencia que cada vez suma más adeptas y gana popularidad.
Esta permite preservar la fertilidad, aprovechando la capacidad reproductiva que se deteriora con el correr del tiempo. Por lo tanto, se recomienda realizar el procedimiento entre los 33 y 35 años, según la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR).
Así, se trata de una técnica que permite almacenar células (como los ovocitos -óvulos en su faceta más temprana-) y tejidos a temperaturas bajo cero para detener toda actividad biológica, y de esta manera, conservarlos en el estado que tenían al ser extraídos, para ser utilizados más tarde.
En Córdoba, quien optó por esta alternativa es Mili Felizzia, la periodista y ‘divulgadora de cosas’ -como se define en su Instagram-. “Lo hice hace más de dos años y fue una decisión que pensé mucho”, contó. Y siguió: “No me convencía la idea, hasta que un día dije ‘quiero ser mamá pero hoy no tengo pareja estable, no sé si voy a tenerla en un tiempo pero ahora tengo la posibilidad de hacer esto’ y así pasó”.
“Elegí también pensando ‘no voy a ser más joven que ahora’ y aproveché que pude, que mi salud me acompañaba y lo podía pagar”, aseveró en la misma línea.
Paso a paso
Respecto al proceso, señaló que para elegir un lugar para realizar el tratamiento, se basó en recomendaciones. Una amiga le sugirió atender a la calidad humana de los médicos y a la higiene, hasta que llegó al sitio de su preferencia.
Posteriormente, pasó por diversos estudios físicos y de fertilidad, para asegurarse de contar con el potencial para congelar. “También que no tengas problemas médicos porque si bien no implica una cirugía compleja, conlleva anestesia”, explicó Felizzia.
Luego, comenzó la etapa de estimulación ovárica mediante hormonas. Estas son inyectables y se aplican a diario hasta la ovulación. “A las 24 horas, -relató Mili- te extraen los óvulos. Previamente hay que hacerse los prequirúrgicos. Estás ahí unas horas hasta poder volver a tu casa”.
“No me resultó doloroso ni tedioso. Solo el momento puntual hasta que te viene la menstruación, porque estás sobreestimulada, fue lo único que sentí”, rememorí. Respecto a cuántos óvulos se pueden congelar aclaró que “depende de cada persona” y, en su caso personal, logró almacenar más de 16.
“Cada cuerpo es distinto y no es necesario tantos, si los tenés buenísimo, pero con 2 o incluso 1 está bien también. A veces ese solo puede ser tu hijo, que es lo importante, no es que si tenés un montón se te dan más chances”, expuso.
Para finalizar el procedimiento, se firma un documento certificando la cantidad y que son propios para ser utilizados solo por esa paciente en cuestión. Igualmente, hay una instancia previa donde también se firma consentimiento sobre el método. Por último, se paga un mantenimiento anual de los óvulos, para que sigan criopreservados. Cabe aclarar que, en caso de querer hacer una fertilización, se inicia otro proceso.
Consejos para romper el tabú
Finalmente, Mili desmitificó: “Hay una idea de que esto es para mamás solas, mucha desinformación y no es así. Podés usarlos luego con una pareja o no usarlos. No hay que tener miedo”.
“La maternidad se siente y uno realmente la desea. Con esto exponés a hormonas y no pasa nada si no lo querés hacer. Hay otras formas de maternar o se puede ser feliz sin maternar también. Lo importante es hacerlo con certeza”, añadió.
E instó a quienes estén interesadas a conversar sobre el tema, con familiares, con un terapeuta o con alguien que lo haya hecho, entendiendo que “la información es poder”.