Imágenes como ilustraciones digitales, fotografías, o GIFs como también las animaciones, cortometrajes, videoclips y piezas musicales u objetos 3D y hasta tweets son parte de lo que se denomina criptoarte.
Esta se trata de una forma de arte que a diferencia del arte tradicional -que se basa en objetos físicos como pinturas o esculturas- existe únicamente digitalmente. Esto significa que las obras de criptoarte se pueden almacenar, compartir y vender online, sin necesidad de intermediarios.
Así, aborda obras únicas e irrepetibles que existen en el registro digital, un sistema público y distribuido que valida la propiedad y la autenticidad de cada pieza. Igualmente, Pablo Gutiérrez Zaldivar, CEO de Espacio Cultural Bitcoin, advierte que “también puede utilizarse para autenticar y comercializar otras formas de arte, como: pinturas, esculturas, objetos de colección y joyas”.
Sobre el funcionamiento del criptoarte
“En estos últimos casos, la obra física se vincula con un NFT (“token no fungible”) único, lo que crea un certificado digital de autenticidad y propiedad. Esto permite a los coleccionistas verificar la procedencia de la obra y protegerla contra falsificaciones”, detalla.
Asimismo, explica que significa que “algo es único y no se puede reemplazar”. “Por el contrario, el dinero físico y las criptomonedas son fungibles, -amplía- lo que significa que pueden venderse o intercambiarse entre sí”. Entonces, cada NFT contiene una firma digital que hace que cada ejemplar sea único.
De esta manera, se almacena en la blockchain, una base de datos distribuida e inmutable, con sus datos correspondientes, como nombre del artista, la fecha de creación y una descripción.
A través de esta, los artistas tienen control total sobre su creación y pueden venderla directamente a los coleccionistas, eliminando intermediarios y comisiones. También la tecnología se permite rastrear su historial de propiedad y cada registro en el hilo se denomina bloque y está vinculado a un participante específico.
Por lo tanto, una vez ingresada a este libro electrónico público (y prácticamente imposible de falsificar), la obra está lista para su comercialización en mercados online especializados, que utilizan, generalmente, criptomonedas como forma de pago.
“El proceso de compra y venta de criptoarte es similar al de cualquier otro activo digital. El comprador selecciona la obra que desea comprar y realiza el pago con criptomonedas. Una vez que el pago se ha completado, el comprador recibe el NFT de la obra, lo que le da la propiedad de la misma”, cuenta Gutiérrez Zaldivar.
Ventajas y desafíos
Según específica el CEO, el criptoarte ofrece beneficios sobre el arte tradicional, entre ellos:
- Autenticidad: Los NFTs garantizan la autenticidad y originalidad de las obras de criptoarte.
- Propiedad: Los compradores tienen la propiedad completa de las obras que adquieren.
- Acceso global: El criptoarte se puede comprar y vender en todo el mundo, sin restricciones geográficas.
- Nuevas posibilidades: abre nuevas posibilidades para la creación y distribución de arte.
En cuanto a las precauciones que deben tenerse, detalló:
- Volatilidad: El valor de las obras puede ser muy volátil y puede fluctuar significativamente en un corto período de tiempo.
- Acceso: Puede ser limitado para las personas que no están familiarizadas con las criptomonedas o la tecnología blockchain.
- Impacto ambiental: La minería de criptomonedas, que se utiliza para crear y mantener la blockchain, puede tener un impacto ambiental significativo.
Igualmente, asegura que “este tipo de arte aún se encuentra en sus primeras etapas, pero su potencial es enorme”. “Esta nueva forma de expresión artística tiene el poder de transformar la forma en que creamos, poseemos y experimentamos el arte en el mundo digital”, insiste.
Respecto al posicionamiento en Argentina, afirma: “se encuentra en una fase de crecimiento acelerado, con un gran potencial para convertirse en un sector importante de la economía creativa”.
Lo atribuye al aumento de la adopción de criptomonedas, el interés de inversores y la presencia de artistas talentosos locales. A su vez, remarca la importancia del desarrollo de plataformas afines y lamenta la falta de regulación.
“A pesar de estos desafíos, el criptoarte tiene un gran potencial para convertirse en un sector importante de la economía creativa en Argentina y hoy en día artistas argentinos están creando y vendiendo obras de criptoarte en todo el mundo;se están organizando eventos y exposiciones y se están utilizando las criptomonedas para apoyar a artistas independientes”, finaliza.