*Especial, por Naty Cico, abogada y mentora en gestión del tiempo, productividad y metodologías agiles – creadora de @organiz.hadas
La cultura del sacrificio se basa en la creencia de que el descanso es un lujo innecesario y que no trabajar largas horas es sinónimo de pereza, concepto que se fortaleció mediante ideas religiosas y las creencias sociales.
Así, se nutre una mentalidad que crea un círculo vicioso donde las personas se sienten culpables por tomar tiempo para sí mismas, lo que muchas veces lleva al agotamiento y al odio hacia su trabajo.
Por lo tanto, la idea de que el éxito solo se logra a través del sacrificio constante y el trabajo incesante es una creencia limitante que afecta profundamente nuestra salud y bienestar.
Asimismo, es importante destacar que, según estudios recientes, Argentina tiene la tasa más alta de burnout en la región. Este agotamiento extremo es un claro indicador de que la cultura del sacrificio no es sostenible. Es urgente que redefinamos nuestra relación con el trabajo y la productividad, adoptando enfoques que nos permitan vivir de manera plena y saludable.
Un cambio de paradigma: La Filosofía de Tim Ferriss
En contraposición a la cultura del sacrificio, han surgido corrientes que promueven una visión más equilibrada de la productividad. Uno de los exponentes más conocidos es Tim Ferriss, autor del libro “La Semana Laboral de 4 Horas”, quien propone priorizar la libertad sobre el enriquecimiento material.
Define a los “nuevos ricos” como aquellos que logran automatizar y delegar sus tareas, permitiéndoles disfrutar de la vida en el presente, en lugar de esperar hasta la jubilación. De esta manera, aboga por una vida donde se trabaje de manera más inteligente, no más dura.
Puntos claves para adoptar esta filosofía:
- Identificá y eliminá actividades innecesarias: Podés hacer una lista de tus tareas diarias y eliminar aquellas que no aporten verdadero valor.
- Automatizá tareas: Usá herramientas y tecnología para automatizar las tareas repetitivas y creá rutinas saludables.
- Delegá responsabilidades: No podemos con todo (y está bien). Permití que otras personas te ayuden con ciertas tareas.
- Priorizá el descanso: Dale importancia al tiempo de descanso y desconexión sin culpas. Es crucial para mantener un buen rendimiento.
- Enfocate en actividades significativas: Dedicá tu tiempo y energía a las actividades que realmente importan y te acercan a tus objetivos.