La literatura cordobesa se ha enriquecido con nombres de escritores jóvenes que la han adornado de ideas originales. Dentro de este grupo se encuentra David Voloj, un joven alto, de sonrisa fresca que desarrolla su actividad dentro de la docencia primaria y secundaria y que lleva en su haber libros de cuentos, ha integrado antologías literarias y en el 2009 obtuvo el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes.
Voloj utiliza en sus cuentos mucho de la vida real, con toques de humor y de grotesco que le dan un marco muy especial a sus propuestas literarias. Además, es un entusiasta cultor de las redes sociales con excelentes mini-relatos.
–En tus cuentos siempre hay una voz narrativa que es de una mirada infantil o adolescente. ¿Por qué elegís esa manera?
–Lo que yo escribo es reflejo del mundo en el que me muevo. La voz que aplico a los narradores. Es la combinación de las voces que voy escuchando. Hace ya 10 años que laburo con niños, doy clases en una escuela urbano-marginal en barrio San Roque en la primaria; y también en el secundario del Colegio Nacional de Monserrat. También doy talleres literarios en horario ampliado y charlo mucho con los alumnos. Y de esos diálogos surgen muchas ideas y la voz que uso se parece y, a la vez, es diferente a las voces de los chicos.
–Además tu obra literaria se extiende a las redes sociales con excelentes relatos
–Lo que yo cuelgo en Facebook es un resumen de lo que pasa en estas charlas con los alumnos y trato de mezclar algún tema de literatura y nos ponemos a hablar de la vida. Hay una necesidad de hablar y de comunicarse en los chicos y hallé una manera de comunicarme que es tratarlos como niños o adolescentes pero no infantilizarlos. Tampoco encararlos como adultos, porque no lo son. A partir de esta manera es que he logrado un diálogo muy fluido con mis alumnos. Los chicos con los que trato son humildes. No juegan, ya que son carreros o limpiavidrios y en ese contexto, la vida como niños es muy dura. Es por eso que hacemos juegos dentro de las clases, siempre guiados por un adulto, les resulta muy grato y se sueltan. Salen cosas terribles pero teñidas de una gran inocencia.
–¿Esta manera de trabajar con tus alumnos te lleva a ser un cultor del cuento más que de las novelas?
–Me adhiero al cuento por varias razones. Primero porque tengo poco tiempo para escribir y meterme en un universo literario de largo aliento. Soy docente y trabajo muchas horas para conseguir un ingreso que me permita vivir dignamente, así que me falta el tiempo para dedicarlo a una novela de largo aliento donde cada uno de los personajes necesita horas de desarrollo. Planifico escenas más compactas para poder contarlas. Además, corrijo muchísimo. Tomo cuentos míos escritos en mis comienzos, los analizo y hago mucha autocrítica aunque para esa época estaba conforme. Es por ello que saco un libro cada tres o cuatro años y no son libros grandes, de ocho o diez cuentos. Son tres cuentos por año.
–¿Cómo ves a nivel creativo este marco de la Argentina convulsionada?
–Hace años que nuestra sociedad está convulsionada. En mi libro “Asuntos Internos” del 2008, ya me meto en todo este asunto de la degradación de la sociedad, corrupción policíaca metida en trata de personas. En este libro me manejo con el grotesco porque caigo en estereotipos. Al humor negro lo utilizo para graficar vínculos interpersonales donde mis personajes se comportan de manera poco ortodoxa.
–¿Te reís cuando escribís esas cosas?
–Claro, me gusta reírme. Primero me río, después ya no. Pero me río porque disfruto mucho de escribir, nunca tanto como de leer.
–¿Sos metódico en tu trabajo literario?
–No, para nada, escribo cuando tengo tiempo y lo mismo me pasa con la lectura.
–¿Qué leés?
–Leo bastante literatura argentina, contemporáneos cordobeses y releo los clásicos que me han gustado, como por ejemplo el Quijote o Shakespeare. Me gusta leer ficción, leo pocos ensayos, pero sí libros de crítica literaria como para pensar la literatura. Me gusta la literatura cordobesa, de cómo se escarban ciertas problemáticas cotidianas. Eso me atrae mucho.
–Vos reflejás mucho esa estética
–Sí, claro, me interesa caricaturizar esas relaciones y esos vínculos familiares, ya sean de padres e hijos o de parejas. Estoy escribiendo un librito donde reflejo a esta clase media cordobesa que quiere ser más de lo que puede, que tiene la vara demasiado alta. Me incluyo, veo a muchos amigos que le dedican muchas horas a sus trabajos para complacer sus ansias de consumo y le restan horas para estar con sus hijos. Me gusta retratar ese mundo que no es el ideal, pero que está.
–¿Cómo te llevás con otras artes?
–Me llevo muy bien con la plástica, y dentro de ella, con los dibujantes. Me gustan los retratistas, me emocionan los rostros, los ojos. Disfruto mucho del dibujo y de la fotografía, las muy trabajadas las considero muy cercanas a la plástica. Con respecto a la música, escucho mucha pero no me siento tan cercano como con la plástica. También me gusta mucho el teatro. En todas las presentaciones de mis libros hubo una representación teatral y eso me resulta conmovedor.
Reseña
Libros de cuentos:
Letras modernas (2008)
Asuntos internos (2009)
Los suplentes (2014)
Novelas cortas:
Muñecos de plastilina (2006)
Antologías: Carne (2006)
Antología de la nueva narrativa de Córdoba (2009)
El funjible (2009)
Panorama interzona. Narrativasemergentes de la Argentina (2012)