En verano, una de las mayores laceraciones para la piel deviene de la alta exposición deliberada al sol. Por su parte, el otoño e invierno pueden favorecer la sequedad y el enrojecimiento, entre otras afecciones, por las bajas temperaturas.
De esta manera, la Dermatología y su asesoramiento para la preservación del órgano más extenso del cuerpo, es fundamental en todo momento.
Carola Jürgens, Médica Esp. En Dermatología y en Médicina Estética, explica de su área: “Es una especialidad médica destinada al estudio de la piel en toda su extensión, incluyendo además sus anexos como pelo y uñas”.
Y añade que “implica lograr un diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, pero también llegar a prevenirlas”. Así, destaca la importancia del cuidado diario, porque “quien es sano, es menos propenso a adquirir una patología”.
Rosácea, psoriasis, eccemas, quemaduras, úlceras y el vitíligo, entre muchas otras, son algunas de las problemáticas clínicas que puede presentar la piel. Además, la profesional advierte que “cualquier enfermedad que se produce al interior del organismo, se expresa a través de la piel, sin haberse manifestado quizá por otro lado”.

En este marco, los exámenes exhaustivos son “imprescindibles”. Y también asegurarse de que el paciente adquiera hábitos que propicien la salud.
El sol ¿un peligro?
Al respecto, Jürgens remarca que en cada consulta intenta transmitir tal idea. A su vez, que los pacientes comprendan que “no existe el bronceado saludable” y aclara: “No es que el sol sea malo, lo es la exposición indebida”.
El protector solar y evitar los denominados popularmente horarios ‘pico’, son, entonces, algunas de las recomendaciones médicas para protegerse en la cotidianeidad.
Asimismo, Carola detalla que las cabinas y camas solares, para adquirir un color bronceado artificialmente, también “son cancerígenas y está demostrado científicamente”.
“Diez minutos diarios al sol son suficientes para adquirir vitamina D, excepto que haya alguna deficiencia previa”, termina advirtiendo.
Nunca es tarde
Carola, que también se desempeña como docente y cuenta con diversas diplomaturas, presenta, finalmente, la armonización facial. Se trata de una serie de tratamientos para recuperar aquello que puede haber sido afectado por el sol u otros factores, como el paso del tiempo.
“A medida que transcurren los años, perdemos ácido hialurónico, tejidos grasos e incluso tejido óseo”, subraya la profesional y sigue comentando: “Entonces la armonización le devuelve al paciente un rostro bello, elegante, sin excesos o laceraciones. Sirve para que se vea al espejo y sienta una sensación gratificante”.

Además, asegura que, a través de este servicio, se pueden mejorar los labios, pómulos o nariz, algo muy demandado por “las mujeres millennials”. En cuanto a los hombres, revela que solicitan mucho, por ejemplo, redefinir la mandíbula.
“Igualmente cada armonización es única y cada paciente puede necesitar aplicaciones de diversas cosas, por lo cual no hay montos establecidos sobre cuánto se gasta”, cierra y remarca la importancia de asistir a especialistas ya sea para chequeos o la realización de procesos estéticos.