Richard Linklater nos deja espiar cómo se cría Mason (interpretado por Ellar Coltrane) que se va definiendo como persona, desde los 6 años y hasta su graduación y posterior entrada en la universidad.
Con la particularidad de haberse rodado una semana al año durante 12 años con los mismos actores, la película logra captar el latido del tiempo casi como ninguna y nos permite ver cómo los comportamientos, las decisiones y las faltas de un padre ausente afectan directamente la vida de un hijo y su búsqueda de la felicidad. En definitiva una multipremiada experiencia con tantos matices como la vida misma.