Que la NBA es un negocio, no es ninguna novedad. Pero el manejo detrás de esa industria
millonaria y los desafíos modernos a los que se someten los jugadores, es prácticamente
un secreto a voces. Steven Soderbergh (director de La Gran Estafa, Perturbada y Erin
Brockovich, entre otras) se pone en la tarea de contarlo usando únicamente iPhones. Una
película arriesgada, que se pone al hombro cuestionarse el límite entre el deporte y el
negocio. Una opción ‘old school’ que aprovecha la luz natural y los buenos encuadres para
recordar que los buenos planos no necesitan si o si excelentes cámaras o lentes caros, sino
un director con experiencia. Puntos extras para el formato que mezcla una historia de ficción sobre la crisis entre jugadores y dueños, con conversaciones reales con jugadores nuevos.
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