*Especial, por Cris Schwander
Un estudio realizado con más de 1000 trabajadores en Argentina, por la Universidad Siglo 21 en el 2019, determinó que se ha encontrado que los trabajadores del país se sienten más satisfechos con sus metas laborales cuando son liderados por mujeres.
Los resultados revelaron que el 72% de los trabajadores argentinos que tienen una jefa mujer, se sienten más motivados y comprometidos, más felices, más satisfechos, menos competitivos, más colaboradores.
Asimismo, perciben claridad en sus metas y reciben retro-alimentación relevante, ya que las mujeres no “mezquinan” los elogios y destacan lo bien hecho.
El estudio también arrojó datos sobre las características que los empleados esperan de sus líderes femeninas. En este marco, destacaron que las mujeres líderes son más cercanas, empáticas y justas, como también que que fomentan ambientes de trabajo más equitativos, colaborativos y creativos.
No obstante, las respuestas se dan en un contexto en el que la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo en el mundo laboral todavía es baja y persisten diferencias en los salarios recibidos.
Aunque también se muestra que estas ventajas no pueden ser ignoradas y que los líderes empresariales pueden tomar estas características valoradas y aplicarlas para crear ambientes laborales más productivos y satisfactorios.
¿En qué distingue el liderazgo femenino?
Generalmente, este tiende a generar modelos de trabajo con mayor orientación hacia las personas, las relaciones, expresividad y cercanía, con estilos que favorecen la cooperación, la conducción horizontal y el predominio de la generación de emociones expansivas.
En tanto, a los hombres, en cambio, se los relaciona más con habilidades como la estrategia, la asertividad o la competitividad. De esta manera, están más determinados hacia las tareas. Igualmente, aunque se trata de habilidades diferentes, no son excluyentes ni tampoco significa que no se puedan desarrollar a través del aprendizaje y de la experiencia.

¿Cuáles son las vías posibles para ir en esa dirección?
Lo primero que deseo destacar que el liderazgo se está “feminizando” en el sentido que “las competencias blandas” son una variable estratégica de la mejora organizacional. Es que, hoy las competencias técnicas mantienen su importancia, pero son aquellas ligadas a la Inteligencia Emocional las que producen saltos cuali y cuantitativo.
Para extender las cualidades del liderazgo femenino y a la vez tomar medidas concretas para fomentar la igualdad de género y empoderar a las mujeres en todos los aspectos de la sociedad es importante que no caigamos en “discursos vacíos y prácticas cosméticas”.
Estas no solo son inútiles sino contraproducentes y ocurre, por ejemplo, que se crean oficinas de género sin poder; políticas y reglamentos que nadie conoce ni cumple; se dictan charlas y conferencias aisladas, sin procesos reales de evolución.
Se trata entonces de acciones meramente formales que solo dejan tranquilos a los directivos pero que no producen cambios reales y profundos. Es como que se escuchara una voz silenciosa que dice “ya esta, ya lo lograron”, hasta incluso algo como “no jodan más con esos temas”.
Sin embargo, el liderazgo femenino ha demostrado ser una fuerza transformadora en la sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han tenido y aún tienen que hacer oír su voz y ser reconocidas como líderes. Ellas han demostrado su capacidad para liderar con éxito y eficacia.
Acciones a tomar
- Promover la educación y el desarrollo profesional de las mujeres. Es importante que las mujeres tengan acceso a la educación y las herramientas necesarias para desarrollar sus habilidades y talentos.
- Crear políticas y prácticas laborales inclusivas. Las empresas y organizaciones pueden a través de estas, fomentar la igualdad de género, la igualdad salarial, la promoción de la diversidad y la inclusión, y el desarrollo de oportunidades para las mujeres.
- Fomentar modelos de liderazgo femenino. Deben destacarse y reconocerse los logros de las mujeres líderes y propiciar la creación de modelos que inspiren a otras mujeres a seguir sus pasos.
- Sensibilizar sobre la importancia del liderazgo femenino. De esta forma, se puede ayudar a cambiar las percepciones y los estereotipos de género que impiden que las mujeres asuman tales roles.
- Crear redes de apoyo y mentoría. Las mismas pueden ser una herramienta valiosa para ayudar a las mujeres a desarrollar sus habilidades y conocimientos.También para crear conexiones y oportunidades de trabajo.
Esta columna pretende ser un llamado a la reflexión sobre la importancia de la inclusión de mujeres en puestos de liderazgo. No solo por una cuestión de equidad de género, sino también porque el liderazgo femenino puede tener un impacto positivo en el bienestar y la satisfacción de los trabajadores, lo que se traduce en una mayor productividad y éxito empresarial.
En este Día Internacional de la Mujer, celebremos y honremos el liderazgo femenino en todas sus formas y trabajemos juntos para crear un futuro más justo y equitativo para todas las personas, independientemente de su género.