En 2012, por la Ley 26.754, el Congreso de la Nación estableció el 24 de agosto como el “Día del Lector, en conmemoración y homenaje al día del natalicio del escritor argentino Jorge Luis Borges”. En medio de la celebración, traemos algunos datos que la neurocientífica Marianne Wolf brindó a la BBC, sobre los beneficios de la lectura.

Sabido popularmente es que la lectura agudiza el pensamiento analítico, ya que varios estudios lo han comprobado. A su vez, desarrolla la reflexión y “está comprobado científicamente que solo la lectura desarrolla ciertos surcos en el cerebro, que, ni siquiera otras actividades artísticas lo logran”, tal como contaba la escritora cordobesa Viviana Rivero en ocasión del Día Nacional del Libro.
Sin embargo, muchos de estos beneficios dependen de un estado conocido como “lectura profunda”. Wolf explica: “Cuando leemos a nivel superficial, sólo estamos obteniendo la información. Cuando leemos profundamente, estamos usando mucho más de nuestra corteza cerebral”.
“La lectura profunda significa que hacemos analogías, hacemos inferencias, lo que nos permite ser seres humanos verdaderamente críticos, analíticos, empáticos”, agrega.
Además, en un libro de su autoría, explica que cuando un niño pasa de decodificar a leer fluidamente un texto, la ruta de las señales a través de su cerebro cambia. Al respecto, amplía: “Un lector fluido será capaz de integrar más de sus sentimientos y pensamientos en su propia experiencia”.
Y asevera: “El secreto de la lectura se halla en el tiempo que ésta libera para que el cerebro pueda tener pensamientos más profundos que antes”.
“Si no entrenamos esas habilidades, eventualmente podemos perder la capacidad de comprender contenido más complejo, y también tal vez de involucrarnos e imaginar”, advierte, finalmente.
