*Especial, por Alejandra Nigro, Médica Ginecóloga
La disfunción sexual femenina trata de una serie de trastornos con gran incidencia en la población. Estos refieren a las distintas formas en las que una mujer es incapaz de participar en una relación sexual de la forma que desearía. Ya sea por alteraciones en el deseo o por dificultades surgidas para que se ejecuten los cambios psicofisiológicos que se necesitan al momento de la actividad sexual.
Así, hay cuatro categorías de trastornos sexuales femeninos:
- del deseo,
- de la excitación,
- del orgasmo y
- del dolor sexual,
En este sentido, cabe destacar que a nivel mundial afectan del 20% al 50% de las mujeres. Y, aunque no hay datos de nuestro país, estudios revelaron que en Estados Unidos el 40% de la población femenina se ha visto afectada.
Por otro lado, acerca de Colombia el Ministerio de Salud informó que “un tercio de las mujeres no sienten interés sexual y casi un cuarto no experimentan orgasmos”. A su vez, los motivos serían, mayormente, la dificultad en la lubricación y dejar de encontrar placentera la relación sexual.

Trastornos más frecuentes
En primer lugar, tenemos la dispareunia, que es el dolor genital en la mujer antes, durante o después de la relación sexual. Este tiene diferentes causas –según las etapas de la vida de la mujer-. Sin embargo, entre las orgánicas clásicas se encuentran:
- hormonal (falta de lubricación),
- infecciones (candidiasis o tricomoniasis),
- secuelas quirúrgicas o radioterapia,
- malformaciones congénitas y
- cirugía local (episiotomía).
En tanto, de las mismas, la más común es la falta de lubricación vaginal, normalmente debido a factores hormonales, que dependerá del momento del ciclo, como también de cada femenina en particular. A su vez, también inciden cuestiones psicológicas y la edad, ya que, en el climaterio existe un descenso hormonal que provoca un resecamiento de la pared vaginal, lo que deriva en relaciones más dolorosas y menos placenteras.
Respecto al tratamiento, depende de las razones que lo provoquen. Así, cuando se trate de infecciones vulvovaginales, la indicación de antibióticoterapia resultará eficaz. En cuanto a la disminución estrogénica, ya sea por estar transitando el período de la menopausia o en el período de lactancia, se indicará tratamiento hormonal local y/o tratamiento con láser o HiFu vaginal.
Acerca del vaginismo: Se trata de un espasmo involuntario de la musculatura del tercio externo de la vagina, que hace imposible la penetración a pesar del deseo y del grado de excitación.
Puede considerarse por algunos autores como un mecanismo de defensa fóbico, en la mayoría de las veces secundario a experiencias psicosexuales negativas.
En torno a los métodos para abordarlo, no hay una línea clara y se sugieren enfoques multidisciplinarios. En este marco, los tratamientos utilizados son la fisioterapia, con técnicas como el uso de biofeedback y ejercicios de concienciación y psicoterapia. Asimismo, tienen lugar otras técnicas como uso de toxina botulínica, radiofrecuencia y tratamiento farmacológico.
Igualmente, es fundamental concurrir a la consulta ginecológica ante cualquier duda o síntoma, ya que los diagnósticos certeros propiciarán una vida sexual saludable.
