La mayoría de las mamás que llegan a los consultorios médicos, aclaran que sus hijos son lo mejor que les pasó en la vida. Es constante el sentimiento de culpa de la mujer por mirarse a sí misma cuando es madre. Sin embargo, en muchos casos, el impacto en la autoestima que produce el cambio corporal es notable. Por eso, hablaremos de las diversas etapas.
El cuerpo en el embarazo
Durante esta etapa se producen cambios en el abdomen, las mamas y los depósitos de grasa corporal. La pared muscular abdominal se distiende y debilita a expensas de la parte central, que es la débil. El aumento del volumen mamario y de los depósitos de grasa en el último trimestre se relaciona con la preparación para la lactancia.
El puerperio
Después del parto, el útero comienza a recuperar su tamaño y el abdomen su forma. En algunas pacientes la línea media abdominal permanece más ancha y puede asociarse a separación entre los músculos rectos (diástasis), hernias en el ombligo o por encima del mismo. Esto determina pérdida de la fuerza abdominal, abultamientos al sentarse (herniaciones) e incluso constipación. Por otro lado, la piel no recupera totalmente su tensión y puede verse flácida, con colgajos y estrías. Una vez que esto se produce no se recupera ni siquiera con ejercicio.
A su vez, las mamas disminuyen su volumen al terminar la lactancia y cambian de forma. Pocas veces recuperan la apariencia original porque quedan más vacías y “caídas”. Esto se debe principalmente a la capacidad de elongación de la piel.
¿Cuáles son los tratamientos quirúrgicos indicados?
En la pared abdominal puede recurrirse a la abdominoplastia, es decir a la reparación muscular de la pared abdominal, con resección del exceso de piel sobrante. A este procedimiento puede asociarse liposucción, en los casos en los que haya depósitos de grasa en zonas no deseadas.
En cuanto a las mamas, la mastopexia -o levantamiento mamario- permite recrear su forma y posición. Puede realizarse con los propios tejidos de la paciente (cuando la mama es grande) o con implantes (cuando el volumen propio es escaso). Su objetivo es devolver el volumen al escote, la areola y el pezón al centro, con una mama redondeada y bonita.
Los datos fueron aportados por la Dra. Soledad Rubio Mainardi y Dr. Tomás Ferrer, del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Privado Universitario de Córdoba.