Luciano Sincic es conocido como el Chef vikingo cordobés y es uno de los creadores de
Experiencia Nórdico. Es quien, a sus 36 años, parece haber vivido más de lo que su propia
experiencia le permitió. Mucho desde los libros, mucho desde videos, mucho de mucho. Él,
con clara adherencia a religiones antigüas, transita la gastronomía y el mundo empresarial con la soltura de quien sabe que, al final, todo sucede. “Si los dioses quieren, quedaré en los libros de historia”, afirma ‘El Hombre’ elegido para abrir el año.
Por Mili Felizzia / Fotos: Federico Rodríguez B.
¿Cómo empezó tu vínculo con la gastronomía?
La gastronomía es parte de mi familia, desde siempre. Mis abuelos cocinaban como los dioses. Particularmente empecé a cocinar desde muy chico, a los 8 o 9 años; mis padres trabajaban todo el día y yo era el encargado de cocinar para mi hermana y yo después del colegio, en barrio Jorge Newberry. Me empezó a divertir, comencé a sumarle creatividad y me animé a mezclar.
¿Estudiaste cocina?
Cuando terminé el secundario empecé a estudiar pero duré solamente un mes (risas). Tuve
que salir a trabajar y se me cortó el mambo. Me puse a investigar y probar en mi propia cocina y asumí que soy netamente autodidacta. Me pasó algo similar con la música.
¿Cómo conseguís sabores tan especiales sin estudiar formalmente?
En realidad estudio muchísimo, pero a mi forma. Miro videos, leo cosas, pruebo maridajes.
Para mí la cocina es un oficio que se ha profesionalizado mucho, pero que en el fondo lo
importante es cocinar mucho. Probar y probar para mejorar los sabores. Y un día llega tu oportunidad de demostrar eso que probaste. Algo así. Si bien siempre estuve cercano a la gastronomía, decidí dedicarme completamente a ello en 2012. Fue así que con Jorge (mi mejor amigo y jefe de cocina de Nórdico), armamos un espacio en el medio de campo, en Argüello. Nos fue tan bien que al poco tiempo nos vimos entregando decenas de masas para pizza y pastas caseras y siendo proveedores de eventos importantes.
¿Esa fue tu gran prueba?
No, creo que la gran prueba fue El Mentidero de Güemes. Me llamaron para ser parte de la
cocina y se convirtió en mi primer amor. Con el Menti ganamos el premio al mejor lomito e
hicimos la primera hamburguesa de moda (que era ridículamente alta). Allí conocí mi sistema de organización, producción de comandas y demás. Me sirvió muchísimo.
¿Qué te distinguió para ganar esos premios?
Que nunca subestimé a los comensales. He visto muchos chef del mundo y quiero replicar eso en cualquier lugar en el que trabaje.
¿Cómo llegó el mundo vikingo?
Nunca me cerró la religión católica, con todas sus incoherencias, así que busqué opciones. De esa manera conocí las religiones antiguas y me atrapó la nórdica. Me interesa por sus
mensajes y por las formas que propone de relacionarnos entre las personas y el mundo. Hay charlas con los dioses, no hay culpas ni pecados.
¿Esas dos facetas tuyas conforman Experiencia Nórdico?
Nórdico es un proyecto que deseaba hacer hace muchos años. Fue Pablo Passeri quien sumó fuerzas conmigo, confió en esto y gracias a él abrimos Experiencia Nórdico.
Es un lugar único. Le sumamos diseño de las creativas que antes habían hecho Onas y nos bancaron muchísimo con todo el juego vikingo. Nórdico es un lugar en el que comés en un restaurante como los mejores del mundo y te divertís como en un bar.
Por último, tu paternidad es muy importante para vos, ¿qué te sucede con ese rol?
Ser padre es todo para un vikingo. Si no buscás descendencia no sos nada. Estoy todo el
tiempo con mis dos hijos, cocinamos juntos y nos divertimos. Benicio sabe mucho de especias y Greta es una beba que almuerza palta con tomate y pera, todo mezclado y le encanta. La gastronomía nos conecta como familia.
LO QUE SE VIENE
Luciano no se detiene y sostiene su idea de ser parte presente de la historia de Córdoba. En esa línea, tiene un proyecto muy ambicioso junto a su compañera de vida, María de los
Ángeles Jara. Los dos, especialistas en gastronomía y turismo respectivamente, quieren abrir el primer espacio de capacitación gratuita para mozos. Pero no queda ahí, los lugares que sumen a sus camareros a esos talleres, pertenecerán a un círculo gastronómico que premia la excelencia. “Estamos en plena etapa de desarrollo, y consideramos que será clave para el turismo cordobés y luego argentino”.
Luciano ‘al toque’
Nombre Completo: Luciano Sincic
Edad: 36 años
Oficio: chef
Un plato: riñoncitos al vino blanco con arroz (porque me recuerda a mis abuelos)
Un estilo musical: el rock stoner
Un lugar en el mundo: Nono (Córdoba)
Un trago: Penicillin
Admirás a: todas las mujeres de mi familia.
Te definís como: un vikingo
Un proyecto para 2019: figurar en los libros de historia