En Córdoba son muchas las Asociaciones Civiles y ONG´s que trabajan para brindar asistencia y soporte a los sectores más vulnerables de la sociedad. Desde entidades que bregan por los derechos del niño a la educación en periodos de enfermedad, agrupaciones de mujeres, hasta comunidades que ponen el acento en la cultura del trabajo y el estudio como pilares fundamentales.
Por Guillermina Delupi
Todo niño tiene derecho a ser educado, aún en la enfermedad
La Asociación Civil Semillas del Corazón nació en 2004, a raíz de la inquietud de un grupo de docentes que trabajaba en el Hospital de Niños en un proyecto de atención domiciliaria y hospitalaria. “A raíz de su trabajo en el hospital, Susana Guzmán y Andrea Campellone vieron la necesidad de abrir otras instancias que pudieran hacerse cargo de la educación de los chicos que estaban en situación de enfermedad. Había que dar a conocer el derecho de los chicos a aprender mientras están enfermos, poder capacitar a los docentes en este sentido y crear redes”, cuenta Roque Guzmán, al frente de la Asociación.
A partir de allí, la Asociación se puso a trabajar en la difusión de estos derechos, que hasta entonces sólo estaban contemplados como modalidad hospitalaria domiciliaria, dentro del sistema educativo.
“Actualmente en Córdoba hay tres escuelas que trabajan en esta modalidad: una municipal (en el Hospital Infantil), una provincial (en el Hospital de Niños) y la nuestra, que funciona en el Hospital Pediátrico”, detalla la docente Gabriela Martín.
En ese sentido, Roque agrega que “no estaba instalado en la sociedad este derecho del niño, entonces, en 2008, creamos una escuela para hacer también efectivo este derecho”.
Al principio la escuela tenía una fuerte relación con el servicio de salud mental infantil, ya que tenían muchas derivaciones de niños con problemas psicológicos o psiquiátricos que no podían concurrir regularmente a sus escuelas de origen.
Con el tiempo, el servicio de salud mental se fue achicando y la escuela le dio más prioridad a la demanda domiciliaria, que empezó a crecer a medida que se iba difundiendo este derecho.
Hoy, la escuela -que está adscripta a la enseñanza oficial- trabaja con chicos del hospital y de afuera. “Al ser fundada por una asociación que es privada, es de gestión privada; pero es pública y gratuita para los niños. No se cobra cuota, aunque hay bonos contribución que nos ayudan a sostenernos”, detalla Roque.
Es que, pese a que el Gobierno de la Provincia se hace cargo de los sueldos del personal (son 13 docentes en total: un director, una secretaria, cuatro maestras de nivel primario, cuatro de nivel inicial y tres docentes especiales, música, plástica y educación física), el resto de los gastos corre por cuenta de la Asociación. “Para nosotros, tener docentes especiales es un valor agregado porque las áreas especiales trabajan mirando al niño desde lo terapéutico, tratando que exprese a través del arte, la música, el movimiento, lo que le provoca estar enfermo”, señala Gabriela.
Aunque la escuela cuenta con una camada de egresados, una vez que el niño recupera su salud, se reintegra a su escuela de origen, mientras tanto, toma los contenidos adaptados en su domicilio.
La Asociación es miembro de la Red Latinoamericana de Educación Hospitalaria y Domiciliaria (con sede madre ubicada en Chile), a través de la cual se realizan intercambios de experiencias. “Hay miradas particulares en cada país. Lo fuerte de Argentina, por las condiciones del sistema de salud, es lo domiciliario”, señala Roque.
Este mes, la escuela está cumpliendo 10 años y lo festejará con unas jornadas para compartir la experiencia del trabajo hecho durante todo este tiempo.
Con Silvia Lallana como madrina de esta ONG, la Asociación también tiene prevista una Caravana del Arte, abierta a toda la comunidad.