Lo cierto es que la excusa del tiempo a muchas les sirve para justificar su miedo a conocerse. Llenarnos de ocupaciones o priorizar tareas y otras obligaciones, quizá nos hacen sentirnos útiles o necesitadas. Honestidad radical: es demasiado desafiante, y también doloroso, darnos cuenta que nos hemos abandonado, que nos hemos olvidado de nosotras. Pero también es cierto, no hay día que no pase en que no sintamos que nos merecemos algo diferente.
Y el primer paso para cambiarlo, para acercarnos a nosotras mismas, es mirar este espejo interior y prometernos, quizá por primera vez, que es tiempo de elegirnos y priorizarnos.
Y para eso, debés estar dispuesta a sanar, a amar cada parte tuya, a reconocer que absolutamente nada de lo que haga otra persona define tu valor propio, a mirar dentro, para decidir por vos misma. A recibir, además de seguir dando.
En este cambio mundial, no ser VOS MISMA ya no tiene cabida. Tu vida debe ser la expresión de tu propósito y tu alma. El mundo entero está recibiendo un llamado a abrazar nuestra esencia, nuestro yo verdadero, auténtico y poderoso. A reconstruir nuestra vida desde la paz y el bienestar.
Nos resulta cada vez más difícil aferrarnos a relaciones, trabajos, formas de vida o maneras de hacer que ya nada o poco tienen que ver con lo que realmente deseamos.
Yo tengo mi propio ‘boceto’ de mujer. Surge de un trabajo interior que ya tiene un largo recorrido. Que, sin ánimo de buscar etiquetarnos ni encasillarnos, hoy me permite mirarme distinto, para seguir evolucionando. Es mi deseo compartírtelo, invitándote a la reflexión, para que puedas tomar acción desde otro lugar:
Esa mujer es eso y mucho más. Sos vos, solo falta que te lo permitas. Que dejés de aspirar a ser perfecta y te animés a ser vos misma. Que elijas renacer, agradeciendo lo que fuiste e hiciste hasta hoy. Lo tenés todo. Profundizar en nosotros es el único motor real e infinito para lograr un giro de conciencia.
Por Tati Bregi