CARLI DE LO QUE VA OK
¡NOS CONOCIMOS POR TINDER!
“Tuve abierta la app una semana, hasta que dije ¡esto no es para mi! Y la cerré. A los pocos días, la secretaria del cónsul me dijo. ‘Carli me caso, ¡lo conocí por Tinder! Ya sé que estás sola, pero para esa fecha seguro estás con alguien, así que te cuento por dos’. Era viernes, llegué a casa y la volví a instalar (porque antes que nada panqueque) y después de muchos ́este no, este no, este no… ́apareció Fede y fue un tremendo ¡SÍ! A los pocos días nos encontramos en un bar y entre cervezas y mucha charla reconfirmamos el match”.
“Recién empezábamos a salir y me habían invitado a la avant premiere de la película ´El amor menos pensado´ con Ricardo Darín y Mercedes Morán. Le dije ´¿me acompañas? Seguro vienen Darin y Morán´. Yo, días pensando el look… quería estar diosa y él … ´che, qué onda ¿muy formal el evento?´ (Recuerden que recién nos conocíamos no teníamos tanta confianza …) Cuando llegamos, era un día supernormal en el cine, lo que menos había era ambiente de avant premier… ¿y Darín? ¿y Morán? Lo único que había de ellos era el banner. Sólo llegó un chico, me dijo ´¿sos Carla?´ Nos sacó una foto al lado del banner y se fué. La película divina pero todavía nos reímos a carcajadas acordándonos de el día en que nunca conocimos a Darín”.
MISS CAVALLIER
¡AMOR A PRIMERA RISA!
“Pablo y yo nos conocimos en una boda hace 7 años. Él vivía en Córdoba y yo en Barcelona y se casaba un amigo suyo con una amiga mía. Yo iba con cero plan de hombres, pues acababa de terminar una larga relación. Pero, sin duda al conocernos ¡fue amor a primera risa! No nos gustamos al inicio pero en cuanto empezamos a charlar surgió la chispa. Lo que vino después fue complicado, ya que estuvimos juntos solo una semana y ahí empezó una relación a distancia de dos años y medio. Viajamos mutuamente durante ese tiempo, estando meses y meses separados, hasta que finalmente nos comprometimos y me vine a vivir a Argentina.”
“Una anécdota puede ser ¡cómo nos comprometimos! Yo me mu- daba a Argentina en septiembre y estando de vacaciones en España, preparando la mudanza, decidimos hacer un viaje a París. Paseando una tarde por un montón de lugares románticos le hice la broma de que sería super bonito que me lo pidiera, pero a modo de broma pues llevaba bermudas y ninguna mochila para esconder la caja del anillo, era solo una ilusión. Después de una cena ideal, un paseo romántico y París iluminado, volvimos al hotel. Justo en el portal, antes de llegar al hotel, me lo pidió. Estaba tan nervioso que no pudo hacerlo en toda la noche. Fue una petición de mano poco romántica, pero ¡la mejor del mundo! Nos casamos en Barcelona un año después y ahora vivimos en Córdoba, con nuestras dos peques”.
AMOR PRIVITERA
“HAGO PLOP COMO CONDORITO. ¿WHAT?”
“Nos conocimos por Instagram, yo ya hacía humor en mis redes y Lucho, sin que yo lo supiera, me mandaba corazoncitos y bombitas a todas mis historias (jajaja). Una noche, en octubre de 2017, mientras comía sola, tomaba una copita de vino y veía Netflix, me puse a contestar mensajes de Instagram y me entró uno que decía ‘decime que ese vino está helado y hago plop como Condorito‘. Cabe destacar que no tenía idea por qué había puesto ‘plop como Condorito’ pero me reí igual y le respondí. Ahí empezamos a chatear y lo empecé a chusmear en su IG. Teníamos solo a una persona en común que yo conocía desde muy chiquita, que hasta el día de hoy trabaja en la empresa de mi familia y eso me dio confianza para seguirle la charla. Horas chamuyando pero cuando llegaba el momento deaceptar las salidas para conocernos, siempre le ponía excusas, temía que fuera uno más de los ‘giles’ con los que me venía cruzando. Así que le explicaba que prefería ver la novela (en ese momento daban ‘Las estrellas’ y yo soy fan de Pol-ka), antes que salir a cenar con él. Hasta que un día, volví de un recital de Coldplay de Buenos Aires y me dijo de cenar; yo estaba con mucho sueño porque había volado a las 6 y trabajado todo el día, pero acepté. Cuando tocó el timbre de mi casa, salté de la cama, me había recostado un ratito al llegar de la oficina, lo que se convirtió en una siesta eterna y le pedí que subiera porque no estaba lista (sí, medio arriesgada ya que nunca lo había visto en mi vida, ¡no hagan eso en sus casas! jajaja). Ahí le abrí una cerveza y unos nachos y charlamos toda la noche en el living de casa. Hoy, 3 años y unos meses después, entiendo que fue amor a primera risa”.
“En enero 2019 hicimos un viaje muy especial, cruzamos el charco, fuimos a conocer Europa. Primera vez de ambos, yo feliz de la vida porque era un sueño que quería cumplir desde que me egrese en el secundario (fui a un colegio italiano desde mis 6 años y soñaba con conocer Italia puntualmente) primer destino Madrid, España, yo insistía con ir a un restaurante a comer paella.
Amamos viajar juntos pero hay algo que nos diferencia, yo amo sentarme a cenar aunque sea un día en algún lugar típico del lugar y él prefiere comer un sándwich en el hostel y caminar todo el día.
Seguían pasando los días y yo seguía sin comer paella, fuimos a Barcelona y tampoco… al finalizar el viaje, un mes después, retornamos a Madrid para tomar el vuelo de regreso a casa y se aproximaba el 14 de Febrero y era nuestra ultima noche en Madrid.
Yo pensé que ese era mi momento para cenar Paella, entonces Lucho aceptó y salió solo a reservar un restaurante para celebrar esa noche. Volvió chocho que había reservado un lugar “paquete” pero a buen precio (dato no menor para lo que sigue del relato) Llegamos felices esa noche al restaurante, porque además de ser especial por el día de los enamorados, yo iba a comer mi tan esperada Paella lugareña.
Nos sentamos, y el mozo, amoroso, nos comenta el único menú de esa noche (por eso el buen precio del que me habló Lucho). Mi cara cuando el mozo me dijo que de plato había una carne a la no se qué y no paella fue una desilusión, ¡yo iba decidida a comer ese plato!. Lucho automáticamente le pidió al mozo si podíamos hacer una excepción. Le contó que éramos argentinos y que yo tenía la ilusión de comer paella desde hacía un mes y que esa era nuestra última noche. Finalmente, hicieron la excepción y yo comí mi tan esperada paella en Madrid”.