El cafecito diario rumbo a la oficina, la golosina que compramos mientras esperamos para hacer un trámite, el delivery que encargamos cada vez que llegamos tarde y cansados a casa son tan solo algunos -y los principales- de los llamados ‘gastos hormiga’. Estos consisten en “compras chiquitas que se realizan por separado a lo largo del día, la semana y su característica principal es que el número en sí parece insignificante” -explicó Celeste Sánchez, periodista especializada en finanzas-.
Así, remarcó que al sumar los montos para luego multiplicar el resultado obtenido por los 12 meses del año, notamos que aquel consumo regular ‘e inocente’ en total puede superar los 100.000 pesos. En esta línea, detalló: “Los 1500 pesos de un alfajor de camino a cargar la sube dos veces por semana, se hicieron 12.000 pesos por mes y 144.000 en el año, lo que puede ser hasta la mitad de un alquiler para alguien”.
Además, añadió: “A la vez, la mayoría de las personas o familia tienen varios gastos hormigas y la clave es que pasen a ser ahorros hormigas como yo empecé a llamarlos”. Este último concepto refiere a evitar el impulso de adquirir estas cosas. Además, Celeste recomendó introducir el dinero en una reserva de alguna billetera virtual que genere rendimientos.
De esta manera, el propósito es incrementar la cifra a través de la privación de dispendios, “los cuales probablemente ni se van a extrañar” -destacó Sánchez-. Para lograrlo, aconsejó plantearse un objetivo (que actualmente no sea posible concretar debido a la plata).
“Puede ser llevar a tus hijos al mar o visitar una amiga que se fue a vivir a otro país. La idea es que sea no algo sencillo como un par de botas, sino que motive realmente, porque muchas veces se cree que no nos alcanza pero sí y se está gastando mal”, sostuvo.
Asimismo, señaló: “Hay que pensar en función del tiempo que nos lleva ganarla, que es tiempo que dejamos de hacer otras cosas como estar con la familia, descansar. Siendo conscientes de eso vamos a elegir mejor en qué destinar lo que nos cuesta ganar”.
Hacer rendir los ingresos
Cobrar los primeros días del mes, abonar todos los pendientes y que alcancen los honorarios hasta el próximo depósito, resulta desafiante para muchos argentinos. En algunos casos, porque los ingresos son menores que los egresos y, en otros, por la mala administración de los mismos.
“Mucha gente compara lo que gana respecto a sus amigas o colegas y la verdad cobran bien pero no les alcanza”, indicó Sánchez. En este marco, advirtió la importancia de realizar un presupuesto que refleje todo aquello que se debe pagar para posteriormente ordenarse y aprovechar la remuneración percibida.
Sobre esto, amplió: “Eso nos va a dar un número y es recomendable añadir una reserva de 50.000 pesos o un poco más por cualquier emergencia, como un medicamento o una compra extra de supermercado, separándola apenas cobramos”.
“También esto permite ver si es que necesitamos más dinero, cuánto efectivamente es -siguió-. A veces se requiere un ingreso más y hay que generarlo, ya sea haciendo más horas en el mismo trabajo o brindando algún servicio que podamos, pero otras, solo cuidándose sin malgastar es suficiente”.
Finalmente, como última estrategia invitó a analizar los hábitos de consumo, analizando de qué forma “nos duele más un costo”. En torno a esto, reconoció los beneficios de las cuentas remuneradas. Sin embargo, afirmó que “pagar en efectivo, según estudios, se asemeja a un dolor físico”.
“Entonces, puede convenir tener los billetes en mano, en vez de en una aplicación que no permite realmente notar cómo se está yendo el monto con el que contamos”, concluyó.