Su inicio en el mundo de la fotografía se remonta a cuando era niño, en los ‘90, cuando se usaban las cámaras con rollos: “En esa época se compraban rollos para ocasiones especiales como cumpleaños” relata Gonzalo. Y agrega: “Una vez que sacaban las fotos de las personas en la fiesta, mis hermanos me daban la cámara para que yo termine el rollo de fotos. Sin pensarlo mucho, me iba a un rincón de la casa y le sacaba fotos a los juguetes o a la sombra de un gato. Dos semanas después, cuando se revelaba el rollo fotográfico, venían 24 fotos de gente abrazada en los cumpleaños y dos fotos muy raras y distintas que eran las que yo sacaba”.
“Cuando terminé el colegio y empecé a estudiar comunicación, soñaba con vivir de la creatividad y en algún momento empecé a preguntarme si podía combinar mi trabajo con mi amor por viajar. Pero también me pasaba que mientras trabajaba en campañas publicitarias, cuando me iba a dormir siempre me preguntaba qué pasaría si al otro día no me despertaba, qué fue lo que hice. Entonces, más allá de poder cargarle nafta al auto o pagar el alquiler, la pregunta que me perseguía era ‘qué más podía hacer con mi trabajo’. La respuesta la encontré en el tipo de turismo que está atado a las experiencias, a salir de las zonas de confort y llevar a las personas a que se descubran y que descubran qué hay ahí afuera o qué cosas les pasan cuando están en movimiento”.
En su primer libro, Maravillas de Córdoba, captó algunos de los lugares más sorprendentes de nuestra provincia, en donde cuenta más de una historia: por un lado el recorrido de Gonzalo y el redescubrimiento del lugar en el que creció, y por el otro la invitación siempre presente al movimiento: “La idea principal del libro es no quedarse solo con las fotos, sino que sea un empujón para que las personas conozcan esos lugares. Al leerlo, encontrás textos sobre las cosas importantes de esos paisajes o mapas que te explican cómo llegar. Hay lugares conocidos por todos y otros que ni siquiera aparecen en una búsqueda de Google”.
La foto que llegó a la revista NatGeo
El talento de Granja detrás del lente de la cámara hizo que su fotografía sobre la aurora boreal en Islandia fuera elegida como ‘foto del día’ por la revista National Geographic.
La historia de la foto se remonta a cuando se fue a vivir tres meses a Vík í Mýrdal, un pueblo del Ártico que tan solo tiene 300 pobladores: “Las personas de Vik me encomendaron hacer un video sobre el pueblo. Durante las noches dormía en un sillón, con la campera y la cámara al lado y el despertador que sonaba cada quince minutos porque había probabilidad de ver la aurora boreal. En una de esas noches de desvelo, detrás de unas montañas aparecieron esas serpientes verdes -las luces- y de verdad que no podía creer cómo lo iluminaban todo. Hasta el día de hoy no puedo creer que vivamos en un planeta en el cual en alguna parte hay luces que se mueven en el cielo. Es equivalente a ver ficción, ver surrealismo; tanto, que la primera vez no saqué ninguna foto y no podía dejar de llorar”, relata.
Rincones de la ruta 40
“Compartir momentos que inviten a la gente a pasar tiempo en la naturaleza, dando cuenta del valor que tiene”, es el lema del proyecto Rincones de la ruta 40, en el que Gonzalo se propuso recorrer 11 provincias y 5.190 kilómetros, desde La Quiaca hasta Cabo Vírgenes, al sur de Santa Cruz.
El proyecto no cuenta con patrocinadores ni marcas que lo respalden, por eso el joven fotógrafo creó una campaña de crowfunding, es decir, financiamiento colectivo para costear el viaje.
“La Ruta 40 es una leyenda, es un nervio vial y parte del folklore popular argentino. Tengo un mapa de ruta armado con más de 100 destinos por visitar, algunos populares y otros que los encontré por consejos de viajeros o gente de la zona. La idea es poder mostrar tanto lo conocido desde un nuevo enfoque como aquello que no figura en ningún lado. Vivimos en un país que es una fuente inagotable de lugares para conocer “, añade.
“Al libro Maravillas de Córdoba lo hice recorriendo en un autito Suzuki rojo, durmiendo ahí mismo y contando monedas para ponerle combustible al vehículo. Para el proyecto de Rincones de la ruta 40 compré una camioneta, que tiene más de 20 años, que la adaptamos para poder dormir adentro y esa fue nuestra casa durante cinco meses en los que recorrimos ocho de las 11 provincias. Nos queda recorrer Río Negro, Chubut y Santa Cruz. El proyecto ahora está en pausa por consecuencia de la cuarentena, esperamos poder terminarlo durante este verano y sino será el próximo verano” finalizó Granja.