Bajo el concepto “Vivir en la ciudad”, la edición de Casa FOA en Córdoba invita a reflexionar sobre las formas de vivir en la ciudad contemporánea y las soluciones que el diseño propone para habitar nuevos espacios emergentes. En este marco, surgió la alianza entre Hause Mobel y Ebras para realizar el espacio 37 “Green Home Office”.
En el mismo, se evidencia la dualidad entre oficina y hogar, atendiendo al crecimiento del trabajo remoto. De esta manera, el propósito fue gestar un sitio destinado tanto a convivir en familia como al empleo, fusionando los universos que antes se concebían por separado.
“Nos pareció hermoso preguntarnos qué cosas surgían del choque de estos mundos y cómo armar un lugar que tenga esta hibridación y falta de demarcación”, contaron Soledad Milajer y Daniel Brasesco, representantes de cada firma.
Y siguieron: “No hacemos un juicio de valor sobre si está bien o mal pero lo cierto es que nos plantean la necesidad de que las oficinas se sientan como una casa y ahí los límites se borran, para empezar a integrarse”.
En tanto, como hilo conductor se posiciona la tecnología, que permite estar en las dos situaciones al mismo tiempo. Brasesco sobre esto afirmó que “hubo un cambio de paradigma, pensando el diseño en torno al usuario final y su comodidad”.
Así, al ingresar al lugar puede encontrarse desde una cocina, con una mesa amplia, un box destinado a reuniones a distancia donde se aísla al involucrado del sonido exterior hasta un área de realidad virtual.
En esta última, a través de un casco se puede ingresar a un mundo contemplativo de la naturaleza. Es que, cada también debía considerarse el concepto de biofilia en la vida urbana y desde ‘Green home office’ optaron por incluir una topografía con celulosa proyectada y vegetación seca. Asimismo, mediante un artista lumínico se generaron escenas que transportan a un atardecer.
Acerca del proceso para idear todo lo expuesto, los autores narraron: “Fueron 15 días de diseño, otros 10 para desarrollar la parte técnica con coordinación y logística con sponsors y 35 días de obra. Son 120 metros cuadrados por lo que implicó un desafío materializar todo en tan poco tiempo”.
A su vez, Soledad comentó que realizaron una simulación de huella de carbono, para abordarlo con conciencia sustentable. A partir del conocimiento del volumen de dióxido de carbono generado se llevó a cabo una compensación junto a la ONG Sembradores de Agua. “Plantando alrededor de 120 árboles en 5 años, la experiencia pasa a ser neutra”, explicó Daniel al respecto.
Finalmente, aseguró: “Consideramos que todo el mundo exterior afecta al interior de las personas, entonces, apuntamos a que las personas se sientan mejor para que alcancen su máximo potencial”.