Doctora en medicina, analista junguiana y profesora de psiquiatría en la Universidad de California, San Francisco, Jean Shinoda Bolen fue la invitada especial en el Congreso sobre Liderazgo Femenino “Hacia un Liderazgo Consciente”, que se realizó en Córdoba el 31 de octubre y el 1.° de noviembre y fue organizado por Armós e inspirado por Cristina Schwander. Revista OCIO dialogó con la autora de Las diosas de cada mujer para conocer los ejes de su trabajo y su visión sobre feminismo y liderazgo.
Por José Busaniche
-¿Cómo explicaría el concepto de arquetipos con el que usted trabaja?
-Cuando estás cumpliendo un rol, como mujer, esposa, madre, estás siguiendo un arquetipo que está fuertemente en vos y que es significativo. Cuando vos estás cumpliendo esos roles, pero no te sentís llamada, sos madre porque se espera que seas madre, pero no es algo que sientas profundamente. Y eso influye en la crianza de los hijos. Los hijos también sienten la falta de ese arquetipo. Ser madre es significativo si tenés ese arquetipo fortalecido adentro tuyo, si no estás cumpliendo un rol que tiene un vacío. Cuando uno está actuando desde el arquetipo, está actuando desde el corazón y si la sociedad sostiene eso, se potencia. Si no, el arquetipo se queda comprimido adentro y estás viviendo una vida que no tiene sentido. Estás viviendo lo que otros esperan que vos hagas y no lo que realmente sos.
-¿Hay ejercicios o prácticas para trabajar hacia ese camino?
-Yo recomiendo que las mujeres conozcan cuáles son las diosas que existen dentro de cada mujer. Cuando las mujeres leen a la diosa que es su arquetipo interno, hay una situación de “¡Aha!”, esta es la que yo soy. Eso permite desarrollar todo su potencial.
-¿Cómo ve el actual rol de las mujeres líderes?
-Es complicado. El liderazgo no es un lugar cómodo para las mujeres en este momento. No es fácil ser una mujer fuerte y tener poder en este momento de la historia. Para ser fuerte y tener poder, hay que suprimir otras partes tuyas. La mayoría de las mujeres poderosas en ese momento tienen el arquetipo de Atenea, son más intelectuales, están más fijadas en la razón y trabajan más con los varones. No tienen un sentido de hermandad con otras mujeres. No es fácil ser una líder en este momento de la historia. Todavía no es un lugar cómodo para las mujeres.
-¿Qué desafíos tiene el feminismo en ese sentido?
-Lo primero es frenar la violencia contra las mujeres, porque no es seguro decir lo que pasa sin ser maltratada físicamente o que te humillen. Entonces, lo primero es frenar la violencia. Después, educar. Y luego permitir que tanto los chicos como las chicas puedan desarrollarse. En este momento, es muy difícil desarrollarse porque hay muchos condicionamientos.
-La lucha contra la violencia hacia las mujeres está ganando lugar en los medios, ¿falta mayor compromiso de los gobiernos?
-Los políticos que están en la cima dependen de la gente que está abajo. Cuando la gente gana las calles, como las mujeres en la India, fuerzan a que los políticos hagan los cambios. Depende mucho de la movilización de las bases.
-¿Qué le diría a los hombres para contribuir con el empoderamiento de las mujeres?
-Que hablen. Que hablen acerca del valor de ser iguales y de detener la violencia. Esto tiene que ver con la manera en que los hombres hablan sobre las mujeres cuando las mujeres no están presentes. Ayuda mucho poder entender qué es lo que sucede en el cuerpo del otro. Tiene que haber un nivel de respeto y se alcanzará cuando los hombres puedan ver a las mujeres más allá de sus apariencias, cuando la mujer y el hombre puedan ser amigos.