MADRE E HIJA, REBECA BORTOLETTO Y AGUSTINA VIVANCO, COMPARTEN COMPLICIDADES Y CAMINOS: UNA VIDA INTENSA COMO MADRES Y PERIODISTAS. RECORREN JUNTAS LA EMPINADA CARRERA DE SER REFERENTES EN EL TRABAJO Y EL HOGAR. EN PRIMERA PERSONA, REFLEJAN LOS DETALLES DEL PROFUNDO VÍNCULO QUE LAS UNE Y LAS PASIONES Y LOS DESAFÍOS QUE LAS ATRAVIESAN.
Por Sol Aguirre / sol_aguirre
Fotografía: Mariano Bazán
Estilismo: Camila Muñiz
Make Up: Marcela Nadaya
Pelo: Moreno Estilistas
Dirección: Cheche Caudana
Agradecimientos: Montesco, Cris Tillard, Marfil
–¿Cómo viviste ese proceso de ser madre primeriza en el momento en que tu carrera estaba en ascenso?
–Rebeca: Fue un proceso de “ensayo y error”. Yo no sabía cómo era ser mamá y tampoco cómo se iba a dar mi carrera. Cuando era soltera había trabajado en Canal 12, Radio Villa María, Radio Universidad. Pero después me casé y quedé embarazada a los dos meses. Empecé a organizar mucho mi vida y siempre tuve la idea de dejar mis hijos en mi casa, con alguien que los cuidara. Ha sido siempre una vida de tensión e intereses en pugna. Mi casa siempre fue lo más importante. Tengo una veta de ama de casa, de cocinera y me gusta que mi casa esté linda. Pero a la vez me resultaba muy atractivo el trabajo y poder tener otras oportunidades, eso fue lo que me permitió tener 36 años de profesión ininterrumpida.
–En esos años te posicionaste como referente femenina en el ámbito periodístico. ¿Cómo se fue dando ese logro?
R: –Yo había hecho todos los “trabajos de base” que te puedas imaginar: acompañar durante mucho tiempo a varones, ser solamente una voz comercial, tener oportunidades para ser la locutora de Miguel Clariá en Cadena 3, locutora de informativo en Canal 10. Fue subir peldaño a peldaño. Después… levantarme a las 4 de la mañana para hacer un informativo. A mí me vino bien tener distintos roles hasta llegar a uno de más responsabilidad, porque significa que una va pudiendo pasar pruebas hasta llegar a la máxima, que es la conducción.
–¿Cómo equilibraste lo personal con lo laboral?
R: – Mi vida fue una tensión entre lo que era la carrera, que siempre fue muy pródiga conmigo, muy generosa, y mi familia. Se me dieron muchas cosas buenas pero que requerían muchísimo tiempo. Por otro lado, el hecho de querer tener una familia lo más normal posible. Mi idea era la de la madre que está presente, brindando la comida en la mesa familiar.
–¿Qué balance hacés hoy que ves de lejos esos años de crianza de tus hijos y vida laboral intensa?
R: –No sé si todas las decisiones fueron buenas, pero las tomé siguiendo mi instinto de querer hacer las dos cosas y que las dos salieran bien. Cuando miro para atrás pienso “qué intensidad”. Recuerdo épocas de dormir muy poco y estar siempre pendiente. En lo laboral, me sirvió entender que si te equivocaste, cada día termina un programa y mañana empieza otro. El medio siempre da revancha. El oyente es mucho más compasivo con nosotros de lo que nosotros nos imaginamos. Hoy miro lo que hacía en un día en esa época… pienso que daba como para tres vidas. Tenía cuatro hijos a cargo (Agustina, Graciana, Valentina y Alejo), lo que es una enormidad: cuatro personalidades, historias clínicas, rutinas. Tuve tres hijas de manera escalonada y Agus piloteaba de algún modo toda esa tribu.
–¿Cómo marcabas esa presencia?
R: –En la primera etapa sólo tenía un trabajo porque quería hacer toda la tarea de madre que nadie te enseña. Tres años después tuve a mi segunda hija y ahí se dio la oportunidad con Rony (Vaargas) a la medianoche. Eso fue muy bravo porque me tenía que ir a las 10 de la noche y volvía a la 1. Además, trabajaba con Rony a la tarde. Entonces sólo me quedaba un ratito con ellas pero trataba de marcar presencia llevándolas a la escuela, ayudándolas con los deberes, festejando los cumpleaños y eventos. Y cumpliendo con todo a pesar de las limitaciones… por ejemplo, tenía preparados unos disfraces para los actos: paisana y negrita candombera. Como no tenía tiempo para preparar otra cosa, les decía a las chicas: “Ustedes levanten la mano cuando mencionen a esos personajes, porque otros disfraces no hay”. Así, miles de anécdotas.
– Agus, ¿sentiste esa presencia materna en la casa?
–Agustina: Sí. Siempre entendimos y acompañamos. Nos acomodamos a la realidad. Me acuerdo que mamá estaba siempre presente. Y si no estaba, alguien me acompañaba. Nunca nos sentimos solos.
–¿Cómo sobrellevaste el hecho de “ser la hija de Rebeca”?
–A: Siempre sentí que tuve una mamá compartida, la compartimos con muchos y eso me generaba un poco de celos. A la par del crecimiento de su carrera, fuimos creciendo nosotros también y tomando noción de lo que era: que ella era nuestra pero también del pueblo. La gente la paraba en la calle todo el tiempo, naturalizamos que quisieran hablar con ella. Estuvimos lejos de padecerlo, nos acoplamos porque siempre fue muy natural que trabajara de esa manera.
–El hecho de que tu mamá sea periodista, ¿de qué manera influyó en tu decisión de seguir la misma carrera?
–A: No es tan loco que me haya dedicado a esto. Son caminos relacionados con lo que mis dos papás hacen. Siempre nos hicieron parte. Si grababan, estábamos ahí. Lo mamamos mucho de chicos, los medios eran mi segundo hogar. Lo que sí me llamaba la atención era que íbamos al súper y sentíamos la mirada de todos. Después, me acostumbré. Cuando seguí el mismo camino entendí que la gente te adopta, necesita demostrarte, decirte que te escucha. Jamás renegué de eso.
–R: En otros trabajos te podés despegar. El periodismo implica que estés conectada full time con la gente, consumiendo información; además, en mi caso, porque también motorizo equipos. La conducción es muy solitaria y te llena de adrenalina, porque todas las decisiones que se toman pasan por vos.
–¿Cuándo fue el momento en que decidiste que querías seguir la profesión de tu mamá?
–A: Fue una crisis. Yo venía de estudiar relaciones públicas. No sabía bien qué hacer. A mí me gustaba el periodismo pero no me animaba a decir que quería seguir la carrera porque los escuchaba a mis padres renegar. Además, ella por miedo me decía: “Esto es muy duro, podés estudiar periodismo y locución si estudiás también otra cosa”. Así que empecé a estudiar todo: periodismo, locución y seguí con relaciones públicas
–R: Yo pensaba siempre en ampliar su base de trabajo y teniendo en cuenta que no es tan fácil el ingreso a los medios.
–A: Me terminé dando cuenta que me gustaba mucho más periodismo que relaciones públicas, así que seguí con periodismo. Ahí empecé a trabajar de productora, pero antes había trabajado en un call center y como acomodadora en el Orfeo. Siempre tuvimos el incentivo de hacer experiencia en distintos lugares. Me recibí de técnica y después hicimos la licenciatura juntas.
-¿Cómo vivieron ese camino académico compartido para ser licenciadas?
–R: Muy lindo. Yo estaba totalmente fuera de foco. Agus me dio mucha fuerza, ella es muy compañera. Ella me propuso que transitemos ese camino juntas y me incentivó.
–A: Era algo pendiente que mamá tenía. Le dije: “Si siempre lo deseaste y por tenernos a nosotros no lo hiciste… si ahora estamos todos tus hijos grandes, ¿por qué no lo hacés?”. Igual no es fácil ir con tu mamá a cursar la facultad (sonríen cómplices).
–R: Después de trabajar mucho y tener todas las dificultades de un adulto y de pronto revivir momentos de cuando tenías 20 años y junto a tu hija… ¡para mí fue como un parque de diversiones!
-¿Qué fue lo que recuerdan como memorable de la carrera de la otra?
–R: Me acuerdo del primer viaje que hizo como periodista, a Punta Cana. Me largué a llorar como loca cuando la escuché, porque me parecía alucinante cómo había manejado la oportunidad. No reconocí mi voz en la voz de ella, fue la voz de Agus.
–A: Mamá ha tomado grandes decisiones, con mucha valentía. Como la de irse de Cadena 3, darle un giro a su vida profesional. A mí me da mucho orgullo su carrera y que sea tan querida. Hace escuela adonde va.
-¿Cómo sienten el hecho de compartir el mismo trabajo?
–R: Para mí ha sido un enorme orgullo que Agus haya podido armar su carrera. Miro lo que hace, la escucho. Si tengo algo para decir, se lo digo. Es muy coherente y dedicada. Eso me encanta. La miro en su evolución también como mamá. En definitiva, sigue siendo la misma tensión, la de la vida, porque en el mismo momento en que estás criando a tus hijos, tu carrera florece durante toda la primera década. Agus empezó esa década de explosión, donde tu carrera requiere mucho tiempo y tus hijos están en un momento único de crianza. Es una época, laboral y maternalmente hablando, vertiginosa, llena de contradicciones.
–A: Siempre me sentí muy acompañada. Al principio para mí fue muy difícil y entendí porqué a ella le producía sensaciones encontradas que decida ser periodista. Hay un sacrificio grande. Pero le reconozco mucho que a partir de que entendió que era lo que yo quería hacer, me acompañó siempre: con una palabra de aliento o buscando mis looks en los primeros eventos; desde esos detalles hasta cosas mucho más grandes, como los caminos a seguir. Siempre está presente desde el amor y el acompañamiento en mi carrera. Y ahora que soy madre, más.
-¿Cómo estás viviendo el hecho de ser madre y estar en un momento importante de tu carrera?
–A: Es muy sacrificado pero se puede, porque tengo una red de apoyo muy grande con mi marido, mis padres, mis hermanos, amigos. Aprendí que sola no puedo y tomé la decisión de que durante el embarazo y el primer año de mi hijo, solo haría un programa de radio, quise tener una conexión muy fuerte con él.
–R: Con la vida que hay hoy, es un triunfo que eligió ella misma. En mi época, en cierto sentido, fue más difícil.
– ¿Por qué decís que en tu época era más difícil?
–R: Porque no tuve a mi mamá mano a mano y pasé por muchas decisiones difíciles en la vida laboral. Para dejar un trabajo y tomar otro, por ejemplo. Sentí que tuve ángeles de la guardia que me ayudaron a pensar.
-¿Cómo es ahora tu vínculo con tu nieto?
–R: No le quiero enseñar más nada que no sean cosas que le sean agradables a él, estoy más relajada.
–A: Es un estado de vulnerabilidad muy grande en la que la pone el bebé. Lo ve y se vuelve loca, a los dos segundos está tirada con él jugando. Me siento una privilegiada de tenerla a la par y que siempre está tan dispuesta para su nieto.
-¿Qué les queda pendiente?
–R: Compartir un viaje familiar, descubrir nuevas experiencias.
–A: Podría ser un viaje solas, ¿no?
REBECA “AL TOQUE”
Nombre completo: Rebeca Veronica Bortoletto
Signo: Aries
Lugar al que te irías a vivir: Bérgamo
Plato preferido: Empanadas
Principal virtud de Agustina: Ser muy buena persona
En la familia Agus es la que: Lidera
Agustina como mamá es: Bravísima
Lo mejor de ser madre: Que lo mejor de mi vida son mis cuatro hijos. No hay nada en el mundo que lo supere.
AGUS “AL TOQUE”
Nombre completo: Agustina Vivanco
Signo: Libra
Lugar al que te irías a vivir: Tulum
Plato preferido: Asado
Principal virtud de Rebeca: Muy generosa
En la familia Rebeca es la que: Organiza todo
Rebeca como mamá es: Única
Lo mejor de ser madre: El mayor acto de amor