*Especial, por Leticia Martín Enjuto (Psicóloga)
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), conocido por sus características de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, ha sido durante mucho tiempo objeto de estigmatización y juicio. Pero hoy, la idea es cambiar esa narrativa y celebrar los dones ocultos que vienen con este.
Para empezar podemos imaginar a un niño o niña con TDAH en un aula aburrida y monótona. Mientras los demás luchan por mantener la concentración, este niño tiene la capacidad de ver más allá de las palabras impresas en el libro de texto. Así, su mente inquieta se zambulle en un mundo de creatividad y conexiones inesperadas. Es un pensador fuera de la caja, capaz de encontrar soluciones únicas para problemas aparentemente imposibles.
Ahora, pasemos a la hiperactividad, esa energía incontenible que parece no tener fin. Algunos pueden verlo como una distracción. No obstante, es también el combustible para la acción. De esta manera, podemos ver a individuos con TDAH como maestros en la multitarea y la resolución rápida de problemas que son capaces de abordar múltiples tareas simultáneamente y encontrar soluciones ingeniosas en tiempo récord.
En tanto, la impulsividad, a menudo vista como una debilidad, también puede ser una fortaleza. Aquellos con TDAH tienen la capacidad de tomar decisiones rápidas y asumir riesgos. No se detienen en los miedos y las dudas, sino que se lanzan audazmente hacia nuevas experiencias y oportunidades. Esta valentía puede llevarlos a lograr cosas increíbles y a vivir una vida llena de aventuras emocionantes.
Entonces, ¿cómo podemos aprovechar al máximo estos superpoderes del TDAH? La clave está en el entendimiento y la aceptación. En lugar de tratar de encajar, debemos permitir que las mentes brillantes con TDAH brillen a su manera única, apoyando su creatividad, proporcionando entornos estimulantes y brindando oportunidades para canalizar su energía hacia proyectos significativos.
Es hora de cambiar nuestra percepción del TDAH. En lugar de verlo como una limitación, debemos reconocerlo como un regalo especial. Los superhéroes no siempre tienen capas y máscaras, a veces solo necesitan un poco de comprensión y espacio para desplegar sus alas y volar.