*Por Pía Fitipaldi, Grow- género y trabajo
Cada vez se observa más como distintas violencias dentro de los espacios laborales se dan por medio de las telecomunicaciones. Ya sean mails, redes sociales, whatsapp e incluso plataformas virtuales específicamente creadas para el trabajo en línea.
El Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado en nuestro país en el año 2021, habla de las situaciones que se dan dentro del mundo laboral como el gran espacio donde los comportamientos de violencia pueden suceder. Los lugares son diversos y variados: lugares de descanso, comedor, instalaciones sanitarias, alojamiento, desplazamientos, viajes, eventos o actividades de formación; y también nombra el marco de las tecnologías de la información y de la comunicación.
El año pasado se promulgó en nuestro país, la legislación que incorpora la violencia digital contra las mujeres en entornos digitales a la Ley 26.485 como una modalidad de violencia de género. La violencia de género digital es una forma de violencia que se perpetúa valiéndose de herramientas tecnológicas y se ejerce a través de acciones directas o indirectas, basadas en una relación desigual de poder del género masculino sobre el femenino.
La violencia digital puede tener grandes impactos sobre las personas, ya sea por su inmediatez, porque lo que es subido a internet puede llegar a muchas personas y por su gran expansibilidad de las agresiones. Lo que se sube o envía tiene una permanencia, no tiene un límite determinado. Porque por más que quien lo cree lo elimine, puede quedar permanente porque alguien lo descargó, le hizo captura de pantalla o reenvió el contenido.
Desde el área de prevención y abordaje de las violencias de Grow-género y trabajo, en los talleres de sensibilización que realizamos dentro de diversas organizaciones, apuntamos a poder reflexionar y generar conciencia sobre ciertas prácticas que reproducen comportamientos de violencia dentro de los ámbitos laborales. Al preguntar en los talleres por esta modalidad digital, nos encontramos con que aún continúan vigentes muchas prácticas que están tan naturalizadas, que se dificulta detectar que corresponden a comportamientos violentos.
Una práctica frecuente que observamos dentro de los grupos de trabajo es la elaboración y circulación de memes ofensivos sobre las personas que integran una organización, a través de fotos o stickers con distintas frases ofensivas vinculadas a rasgos y características de la identidad de las personas.
Sabemos que el humor es necesario y fundamental para transitar la jornada laboral, pero lo cierto es que si nos ponemos a pensar sobre qué bromeamos, qué escribimos y difundimos, encontramos que muchos de los “chistes” suelen ser irónicos o satíricos y se crean para transmitir mensajes o ideas de manera rápida y efectiva.
Lamentablemente, la violencia digital de género no está exenta de este tipo de prácticas. Dentro de los grupos de trabajo circulan muchos memes que reproducen estereotipos, simbolismos e incluso valores institucionales sobre las mujeres, que reproducen desigualdades estructurales y generan “risas” sobre las mismas, sin medir los impactos irreversibles para quienes atraviesan esta modalidad de violencia.
¿Cómo abordar la Violencia Digital dentro de la organización?
Desde Grow-género y trabajo realizamos periódicamente talleres digitales y virtuales que invitan a reflexionar sobre distintos tipos de violencias dentro del ámbito organizacional. Creemos que es importante concientizar sobre esta temática que ha ido evolucionando con mucha fuerza y cambiando permanentemente. Que exista legislación es importante pero no basta con la normativa ni con la Ley para que se cumpla. Por tal motivo, es imprescindible contar con una estrategia integral dentro de las organizaciones que por medio de talleres de sensibilización visibilice qué es la violencia digital, cómo podemos prevenirla, cuáles son sus características y sus impactos para las personas, los grupos y la organización.