*Especial, por Cris Schwander
¿Es posible liberar la tensión a través de la atención? No es fácil, pero sí posible. El estrés insano (distress) impacta en nuestra vida socavando el bienestar psico-físico y emocional. Vivimos en un contexto Vica o Vuca: Volátil, Incierto, Cambiante , Ambiguo. Vivimos hiperconectados, sobreestimulados, ansiosos y preocupados.
Por lo tanto, buscamos brindarte herramientas reflexivas y prácticas para despertar tu autogestión u mejorar el vivir cotidiano. Debido al incremento de este tipo de estrés, es necesario que nos prestemos atención para asi poder relajarnos y un buen canal para esto, es nuestro cuerpo. Es que, cada emoción tiene su correlato corporal.
El miedo, el enojo, la frustración y la ansiedad tensan nuestro cuerpo y al no poder drenar o expresarlas adecuadamente, quedan alojadas en él.
Así, cada emoción cambia el tono muscular y la tensión corporal: desde la tensión relajada y abierta de la ternura y la alegría, a la tensión de contracción del miedo. De esta manera, cada tensión varía en intensidad y conlleva al acercamiento o al alejamiento.
Alexander Lowen creador de la terapia bioenergética dice: “Cualquier emoción que no puede ser liberada, es un estrés para los músculos. Esto es así debido a que una emoción es una carga que presiona hacia afuera para liberarse. Algunos ejemplos ilustrarán mejor estas ideas. Los sentimientos de tristeza y dolor se liberan con el llanto. Si se inhibe el llanto, los músculos que normalmente reaccionan en el llanto se ponen tensos. Estos músculos están en la boca, garganta, pecho y abdomen.
Si el sentimiento que no se puede liberar es la ira, los músculos de la espalda y los hombros resultan tensos. La inhibición del impulso de morder, conduce a tensiones en la mandíbula y la inhibición del impulso a patear, a tensiones en las piernas. La correlación entre la tensión en el músculo y la inhibición es tan exacta que se puede decir qué impulsos o sentimientos están inhibidos en una persona con un estudio de las tensiones musculares”.
Entonces, una emoción constrictiva tensa los músculos. Lo hace desde una reacción- reflejo, preparando el cuerpo para reaccionar y responder. Una vez pasada esa emoción, esos músculos se aflojan. Pero, si nos mantenemos sostenidamente en “situación de peligro” (distress), el estado de tensión se mantiene. De esta forma, es que cada emoción repercute en nuestro estado. Retenemos el aire y tensionamos los músculos de distintas partes del cuerpo.
Por ello, es muy importante aprender a registrar estas contracciones musculares, sentir, apreciar y liberar.
Para registrar hay que escuchar, lo que significa poder percibir e interpretar lo que está sucediendo. Requiere sobre todo, atención para producir “A -tensión,” (con “s”). Dicho de otro modo, para liberar la tensión se requiere de ATENCIÓN (con “c”): Enfocar, Percibir, RESPIRAR Y SOLTAR AQUEL MÚSCULO CONTRAIDO. A veces podremos solos, otras veces las tensiones están albergadas en nuestro cuerpo como armaduras que nos atan, nos aprisionan, nos restringen y necesitaremos ayuda profesional.
Te propongo ahora repasar algunas zonas que se contraen habitualmente y listar algunos sencillos ejercicios que ayudan a liberar tensiones:
- El entrecejo: se tensa y/o frunce ante una preocupación.
Ejercicio:
- Presta atención a esa zona.
- Respira suave y profundo
- Levantá/bajá las cejas 3 veces inhalando al subir y exhalando al bajarlas.
- Luego, cierra un momento los ojos y relaja conscientemente la zona del entrecejo.
- Mandíbula, boca, puños, espalda, brazos, cuello: se tensan ante una situación de ira o enojo
Ejercicio:
- Llevá tu atención a la mandíbula: mueve esa zona. Abre la boca y realiza movimientos suaves hacia la izquierda y derecha. Relajá la mandíbula, suspirando y simulando un bostezo.
- Para la zona de la boca: inhalá lentamente y sonríe ampliamente. Luego exhalá suavemente y regresa a un estado de neutralidad.
- Zona del Cuello: libera la tensión moviendo suavemente la cabeza de un lado hacia el otro varias veces.
- Hombros: inhalá levantado los hombros suavemente, intentando tocar las orejas. Exhalá suavemente mientras bajas los hombros con movimientos leves hacia atrás. Realizá este procedimiento durante 3 veces
- Manos y brazos: Contrae al mismo tiempo manos y brazos. Mantiene la tensión por unos segundos. Registra y luego suelta relajando la zona lentamente.
Nuestra vida es un devenir continuo, Diferentes emociones nos visitan con su correlato corporal y esto es así. Lo importante es darnos cuenta, no reprimir, sino drenar y liberar.
Tensar para aflojar
- A la noche escuchá como el discurrir emocional del día ha repercutido en tu cuerpo. Siente, respira y observa dónde está alojada la tensión. Respira y tensa esa zona. Tensa reteniendo el aire y suelta el aire liberando la tensión. (3 veces)
- Ahora respirá calmamente y relájate para un buen descanso mental y corporal.
PD: puedes practicar mi meditación de la A-tensión en mi canal de Spotify, clickeando aquí.