El CEO de Grupo Proaco y actual presidente de la ONG Junior Achievement, vive un presente profesional muy activo: hoy es un referente del desarrollismo y del emprendedurismo en Córdoba. Con su trayectoria, tenacidad, carisma y compromiso enfrenta el desafío de aggiornar su vida personal y laboral a los cambios tecnológicos para seguir creciendo.
Por CAROLINA MALDONADO IG. @caromaldonad0
En estos tiempos el optimismo no es algo que abunde, sin embargo vos tenés una actitud que contagia. ¿Cómo lográs mantener el optimismo?
–Esto es una característica que tenemos en común los emprendedores, debemos ser naturalmente optimistas, si no sería muy difícil poder innovar. Si uno quiere emprender, tiene que saber que se va a equivocar muchas veces y así se aprende. Respecto a esta situación particular por la pandemia, la actitud que le transmito al equipo desde el primer día es de pararnos desde el optimismo y en búsqueda de oportunidades. La actitud positiva frente a los problemas nos ha dado resultado y para que nos vaya bien a nosotros, al final del día necesitamos que nos vaya bien a todos.
¿Cómo fue tu experiencia de trabajar dos meses desde tu casa?
–Si lo tengo que poner en la balanza desde mi experiencia, fue un 90% positivo y un 10% negativo. El home office es otro ambiente y otro ritmo. En la empresa no te das cuenta de la cantidad de tiempo que se pierde; surgen reuniones e imprevistos y la posibilidad de planificar con tranquilidad es menor, estamos más en el día a día de los problemas. Durante la cuarentena, seguimos muy conectados con todo el equipo, trabajando mucho, optimizando tiempos y planificando. Este aprendizaje va a cambiar mucho las formas de trabajo, de aquí en adelante. Desde Proaco empezamos a prepararnos con anticipación para volver y pensamos en dos escenarios: refuncionalizar los espacios de nuestro edificio corporativo para poder trabajar en base a los protocolos, respetando las distancias establecidas y muchas tareas hoy se pueden hacer de manera remota, por lo cual tenemos pensado tener algunos aliados estratégicos que sumaremos a nuestros espacios.
¿Qué reflexión te deja todo lo que estamos viviendo?
–Algo que siempre valoré y hoy valoro mucho más, es la libertad. Cada vez que voy a entrenar a la montaña, agradezco poder estar ahí respirando, en libertad. Cuando me hablan de crisis, refiriéndose a lo económico, pienso que realmente voy a estar en crisis cuando esté con un respirador artificial en un sanatorio. El resto son momentos que nos pone la vida para desafiarnos, por eso de ninguna manera veo la crisis como la mayoría de la gente, la veo como una oportunidad.
¿Con qué actividad conectás para poner en pausa tu mente?
–Lo que me ayuda al descanso, a poder relajar y estar fuerte para enfrentar todas estas situaciones que se presentan, es el deporte. Desde chico jugué al rugby hasta que comencé con la empresa. Hace casi ocho años que empecé a andar en bicicleta y me fui perfeccionando. De ciclista amateur a un fanático del ciclismo de montaña, de ruta y, por la pandemia, del ciclismo indoor. Entreno seis veces por semana, hasta algunos días doble turno.
¿Un recuerdo para destacar, que hayas vivido con tu bici?
–¡Del Trasmontaña tengo los mejores recuerdos! Es una carrera que se hace en Tucumán y una de las pocas que se corre de a dos. Siempre vamos con un grupo de amigos, corremos las mismas parejas y competimos entre nosotros. Es todo un programa: el fin de semana previo a la carrera, viajar, ver todo lo que hacemos en la previa, la adrenalina de correr, llegar y ver cómo salimos. Tiene muchos condimentos especiales, la emoción de llegar es una mezcla de adrenalina, felicidad y festejo.
En 2018 la ONG Junior Achievement, te reconoció por el compromiso y el apoyo al mundo emprendedor, hoy sos el presidente. ¿Qué te genera esta experiencia?
–Mi compromiso con la educación es total. La única forma de cambiar la Argentina, es apostando e invirtiendo en la educación de jóvenes y niños. Acepté presidir la fundación hace un año y estamos adaptándola a la realidad, llevando su estructura a programas y esquemas virtuales. Es fundamental promover la cultura emprendedora y la importancia que tiene invertir en ello, por eso invitamos a otros empresarios a que se sumen y hagan su aporte para mejorar la educación de nuestro país.
¿Qué aporte considerás que le brindaste a Córdoba en materia de construcción?
–Cuando arrancamos, en el 2011, nos propusimos dar un salto de calidad en cuanto a los proyectos que se hacían en la ciudad. Desde nuestro aporte, hemos generado una serie de nivel y evolución tecnológica por un lado, y de proyecto, diseño y terminaciones por el otro, lo que marcó un antes y un después en la construcción, obligando a las demás empresas a elevar su nivel. En plena pandemia presentamos Pocito Parking y nos hemos propuesto presentar productos más ágilmente que en el pasado. Próximamente, queremos hacer punta en la digitalización de la compañía, mejorar nuestros sistemas y pasar de ser una empresa desarrolladora inmobiliaria a ser una compañía de tecnología cuya base de productos está en el Real Estate.
¿Hacia dónde va Lucas Salim?
–En esta etapa de la vida que estoy transitando, mi juventud, mis ganas de hacer y la experiencia vivida, me permiten encarar desafíos cada vez más grandes e importantes. El momento es ahora. Estimo que en los próximos 10 años seguiré muy comprometido con la evolución de la empresa y la concreción de los proyectos. Pienso en salir de nuestra zona de influencia que es el centro del país, para experimentar y llevar a Proaco hacia nuevos mercados.