María Mercedes “Mechi” Beracochea, salteña de nacimiento y cordobesa por adopción, es licenciada en Comunicación Social y Publicista. Luego de trabajar unos cuantos años en Córdoba, decidió darle un gran giro a su vida y mudarse a México, precisamente a la ciudad de Cancún, en donde vive desde hace casi 3 años.
Hoy nos comparte un pedacito de su cielo, trasladándonos con sus palabras a uno de los lugares más maravillosos del mundo: el Caribe Mexicano.
Lo más apasionante del Caribe Mexicano es que nunca te cansas de él, siempre hay algo diferente que hacer. Hace más de dos años y medio que vivo aquí y aún no termino de conocerlo. De repente aparecen lugares de los que nunca antes había oído y la aventura vuelve a comenzar una, otra y otra vez.
Este destino de ensueño está preparado para que aburrirse sea tu última opción.
No importa cuánto presupuesto tengas, siempre encontrarás algo que hacer: ya sea que quieras relax, adrenalina, cultura, noche, buena comida… hay propuestas para todos los gustos.
Si estás en la búsqueda de esa postal con mar turquesa y arena blanca, entonces Cancún es tu próximo destino. Sus playas ofrecen esos colores que solo vemos en nuestros sueños
y el mar tiene un turquesa tan intenso que te frotarás los ojos una y otra vez para poder creerlo. Las principales playas de Cancún se encuentran en la llamada “Zona Hotelera” y, aunque no he llegado a conocerlas todas, ya elegí mis favoritas. Una de ellas es Playa Chac Mool, me gusta porque es bastante tranquila, no hay demasiada gente y por unos pocos pesitos puedes alquilar una sombrilla y reposeras y pasar una tarde “super a gusto” como dicen acá. Otra de mis preferidas es Playa Marlín, también en la Zona Hotelera, que tiene unas olas bastante intensas para los que les gusta hacer deportes en el agua. La vedette de las playas de Cancún es Playa Delfines, en ella se pueden encontrar varias sombrillas tipo palapas –se les dice así a los techos de paja– gratuitas, en donde puedes instalarte tranquilamente todo el tiempo que quieras y tomarte la clásica foto en el mirador que hay en el lugar, con un paisaje imponente adornado por unas enormes letras de colores que forman la palabra Cancún, montadas para que todos sus visitantes tengan la clásica postal del destino.
Si te gusta salir a divertirte por las noches, en Cancún no hay excusas porque hay opciones “de lunes a lunes”. La mayoría de los turistas se mueve alrededor de la Zona Hotelera, allí hay un sinnúmero de restaurantes, shoppings y “antros”, como les dicen por este lado a los boliches. El favorito de todos es el famoso Coco Bongo, un lugar en el que, pagando una entrada para nada barata (alrededor de unos US$100), tienes barra libre y puedes disfrutar de una gran diversidad de shows con mucha música y color estilo Las Vegas.
Los que vivimos en Cancún preferimos mantenernos alejados de las propuestas más enfocadas a los turistas y solemos salir por la Zona Centro de la ciudad, que también ofrece muy buenos lugares que vale la pena conocer. La calle Nader, por ejemplo, ha ido cobrando mucha fuerza con el tiempo y allí se han ubicado muy buenas propuestas para salir a comer, tomar algo y bailar. Con solo recorrerla un poquito, puedes encontrar mezcalerías, bares y boliches con muy buena música. Otra opción atractiva de la Zona Centro es Puerto Cancún, un espacio que cuenta con un enorme centro comercial recién inaugurado y muchas propuestas de entretenimiento para todos los gustos.
Muy cerquita de Cancún, a unos 15 minutos en ferry, se encuentra Isla Mujeres, el lugar que he bautizado desde que llegué como “mi lugar en el mundo” porque sus atardeceres son simplemente mágicos, ya que desde allí –a diferencia de Playa del Carmen, Cancún o Tulúm– puedes contemplar el sol esconderse en el mar. Mi playa favorita en Isla Mujeres es Playa Norte, un verdadero paraíso cuya arena blanca y mar cristalino sin olas forman una auténtica piscina natural. Allí puedes encontrar una gran cantidad de paradores, en los que puedes rentar sombrilla y reposera y quedarte todo el día a disfrutar de ese hermoso paisaje mientras te tomas una “chelita” (cervecita) bien fría y unos taquitos de camarón con chile habanero.
En Isla Mujeres, a pesar de ser muy pequeña, se pueden hacer cosas muy interesantes durante el día, como por ejemplo, visitar el Museo Submarino, un lugar fascinante en el que se exponen como tesoros esculturas debajo del mar, que puedes apreciar haciendo snorkel o buceo; también puedes alquilar un carrito de golf e ir a conocer la isla desde Playa Norte hasta Punta Sur, en donde puedes contemplar la maravillosa vista que ofrece su acantilado y visitar el templo de la diosa maya Ixchel. Por la noche, la propuesta gastronómica es muy variada y casi toda se encuentra concentrada en una pintoresca callecita peatonal llamada Quinta Avenida, que está llena de puestecitos de artesanías en los que seguramente algo te vas comprar.
Para los que quieren seguir la noche y gustan de las buenas fiestas en la playa, el Hostel Poc Na ofrece las mejores de la isla, allí puedes disfrutar de música en vivo y unos tragos.
Datitos útiles: el ferry desde Cancún a Isla Mujeres vale aproximadamente MX$300 (US$16) ida y vuelta saliendo desde Puerto Juárez; rentar un carrito de golf sale alrededor de MX$700 (US$37), por unas 5 horas; la entrada al templo de la diosa Ixchel cuesta aproximadamente MX$100 (US$5). Si sos fanático de hacer buceo o snorkel, una opción superinteresante es visitar Cozumel, otra isla caribeña que ofrece un maravilloso y colorido mundo bajo el mar, como salido de una película de Pixar. A esta emblemática isla, que ya tiene 168 años de haber sido fundada, puedes llegar en ferry saliendo desde Playa del Carmen.
Una vez que llegas, luego de ser recibido por una gran escultura de gaviotas, tienes todo un paraíso por descubrir, tanto dentro como fuera del agua. Lo primero que puedes hacer es caminar hacia el muelle y tomar una excursión en lancha que te lleva a snorkelear por unos increíbles arrecifes de corales. La isla de Cozumel tiene la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo y créeme que vale la pena visitarlos.
Luego de nadar en un mar azul de peces de colores, corales y mantarrayas, una muy buena idea es salir a recorrer la isla y para hacerlo hay muchas opciones que van desde alquilar bicicletas hasta motos, buggies o autos. Sea cual sea el vehículo que elijas,
el recorrido es increíble y se pueden hacer muchas cosas durante el trayecto: apreciar los kilómetros y kilómetros de playas vírgenes y acantilados, visitar el Parque Chankanaab (un parque acuático con tiendas, bares y restaurantes, que tiene una hermosa laguna en la que puedes practicar buceo y nadar con delfines) o conocer Punta Sur y algunos sitios arqueológicos. Y como si esto fuera poco, en el camino, es prácticamente imposible no tentarse y terminar haciendo una paradita para comer mariscos en pescaderías locales como la Perlita o el Nohoch.
Al caer la tarde-noche, hay más cosas interesantes que hacer en la isla, como salir a pasear por el malecón y disfrutar de su mágico atardecer, recorrer el centro, hacer unas compritas en algún local de artesanías y terminar la jornada con una exquisita cena.
Y cuando digo exquisita, lo digo en serio, a mi parecer la mejor propuesta gastronómica de la zona está en la Isla de Cozumel, sobre todo por la influencia que posee de la cocina del estado de Yucatán. No puedes dejar de probar en cualquier lonchería local unos deliciosos panuchos, sopa de lima o salbutes.
Datitos útiles: el ferry desde Playa del Carmen a Cozumel puede costar alrededor de MX$400 (US$21) ida y vuelta; un tour en lancha para hacer snorkel puede salir unos MX$350 (US$19) dependiendo de la temporada; el precio de rentar bicis, motos o
autos varía según el vehículo que elijas, pero puede rondar entre los MX$200 (US$11) y los MX$1.500 (US$80) por todo un día. Estas son algunas opciones, un pequeño pedacitito de lo que puede ofrecerte el Caribe Mexicano, este destino que una vez me atrapó y me enamora cada día. Si eres de los que cree en el amor a primera vista, tienes que venir a disfrutarlo, y si eres de los que no creen, tienes que venir y comprobar que estás equivocado, porque será imposible que no te enamores.