Históricamente, el sexo se resguardó para el matrimonio, con fines reproductivos, mientras que, a la masturbación se la consideró indigna. Con el paso de los años e ingresando a nuevas épocas, el halo negativo se acotó y empezó a normalizarse la práctica en personas con pene. En tanto, el prejuicio fue sostenido con respecto a quienes poseen vulva.
Al respecto, la Licenciada en Psicología y Sexóloga instagramer, Cecilia Ce, expuso: “Hay una idea, todavía instalada, sobre todo en lo femenino, que tiene que ver con lo conservador y religioso, de que la vulva es sucia y que la masturbación implica vergüenza”.

Así, acerca de los tiempos que corren, también advirtió: “Es difícil encontrar hombres que no se hayan masturbado, pero sí hay mujeres que no lo hacen o presentan dificultades”.
Igualmente, aclaró que “está bueno visibilizar que no hay obligación”. No obstante, ante el interés o la curiosidad y en caso de no haber ocurrido “naturalmente en la infancia-adolescencia”, lo que se requiere para iniciar es “información del cuerpo, conocernos, mirarnos y también entrar en un modo de relajación”.
A este último punto lo calificó como el más “complejo” y destacó los obstáculos vigentes en cuanto a “la conexión y el conocimiento para llevar adelante la actividad y el disfrute”.
Además, indicó: “Hay que promover hacerlo, en espacios íntimos, a solas, encauzar a lo privado y es importante que los adultos con niños a cargo estén atentos a no obstaculizar el proceso, con retos, censuras o juicios”.
Un sinfín de beneficios
Sobre las virtudes de la autoestimulación, la Sexóloga reveló: “Genera familiaridad con la sexualidad porque uno se toma el tiempo de explorar el cuerpo y es una forma de darnos placer, lo que genera bienestar”.
Y continuó: “Aumenta el autoestima y no quiero generar el estigma de que ‘hay que hacerlo para ser feliz’ pero sí es un espacio que, también hace que nos sintamos cómodos en la actividad sexual porque no es algo desconocido”.
“Mejora el deseo, la respuesta sexual se activa y eso genera impactos positivos”, dijo y aseveró: “De hecho, no hay contras”. Sin embargo, reconoció que “hay un fantasma de lo excesivo, fundamentalmente en lo masculino”.

En este marco, recomendó “estar atentos si se trata de algo compulsivo, que imposibilita”. Asimismo, sugirió: “No acostumbrarse a los estímulos intensos, como la pornografía o el uso de juguetes, porque luego aparece la dificultad al intentar otras formas”.
Por último, celebró que“han cambiado las cifras de mujeres que se masturban, notablemente, de un 20 a un 80%”. Al respecto, detalló que el número refiere a quienes “lo hayan hecho o lo hagan con frecuencia” y cerró: “Además, hoy se habla, se puede preguntar, es diferente”.