Hasta ahora, poco se habían contemplado las consecuencias del no poder comprar los artículos de higiene necesarios, hecho que condiciona la asistencia a tareas habituales y pone en riesgo la salud desde diferentes aspectos. En este marco, a través de MenstruAR, el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad apunta a garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual mediante programas municipales que también incluyen acciones de salud integral pensadas específicamente para mujeres y personas LGBTI+.
Así, se pretende, el acceso igualitario a la gestión, información y salud menstrual. Sintetizando la motivación, días atrás, la Ministra Ayellen Mazzina, dijo en el acto de lanzamiento: “En Argentina hay personas que no llegan a cubrir todos los meses el costo de uno o dos paquetes de toallitas, y terminan recurriendo a paños o trapos que ponen en riesgo su salud. Además, por incomodidad o vergüenza terminan faltando a la escuela o a otras actividades. Por eso, hablar de menstruación es también hablar de desigualdades”.
La implementación del programa MenstruAR se hará a través de los gobiernos locales con iniciativas de formación y talleres sobre la gestión menstrual como un derecho y educación sexual integral en ámbitos comunitarios y con la entrega de kits de artículos como copitas, toallitas y tampones. Es decir, se les proporcionará a las autoridades locales bienes para distribución y capacitación, así como talleres sobre control menstrual para alentar a monitorear y regular la sangre ‘adecuadamente’.
Fundamentos de MenstruAr
La batalla contra la desigualdad analiza la razón por la que casi la mitad de las personas que menstrúan no pueden tolerar el uso de tampones o deben permanecer inactivas durante su período. Desde allí, no solo se considera el factor económico, sino que MenstruAR reconoce que el “costo de la menstruación” afecta también la salud, la educación, el empleo y el medio ambiente.
En tanto, de acuerdo a datos del informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual” de 2021, hay más de 12 millones de personas menstruantes en todo el país. Del muestreo seleccionado, tres cuartas partes usaban artículos desechables (60 % toallitas y tampones el 15 %). No obstante, casi la mitad de las personas encuestadas desconoce los efectos negativos del uso de estos productos en su salud y su impacto en el medio ambiente.
Asimismo, alrededor del 95% de la muestra indicó que no debería cobrarse impuesto sobre las ventas de estos productos de control menstrual y que también deberían distribuirlos gratis en escuelas, prisiones y centros comunitarios. También, el 43% sostuvo que debería cambiar sus hábitos de consumo de estos productos por motivos económicos.
Finalmente, vale considerar, que conforme a la investigación realizada, se sabe que las personas limitan regularmente su participación en diferentes actividades de entretenimiento (50 %), educación (35 %) y trabajo (22 %) durante la menstruación.