La directora de la escuela de modelos Mannequins es una de las mujeres más observadas del ambiente fashion. Su llegada al universo de las pasarelas fue contundente, con un camino recorrido y ganas de cambiar las cosas. Ella, siempre impecable, se muestra una persona cercana y empática que disfruta de conectar con lo más profundo de las personas. Hablamos con nuestra mujer de tapa acerca de su carrera, el futuro, su rol de madre y el momento de empoderamiento que está transitando.
Por Mili Felizzia @milifelizzia
Fotografía: Federico Rodríguez B.
Maquillaje y Pelo: Marcela Nadaya
Llegamos a Mannequis y Natalia estaba sonriente esperando que la abordemos. Tenía una agenda complicada, con varios pendientes, pero nos recibió como si el tiempo no importara y fuese un día sin actividades. Así empezó esta nota de tapa y así llegamos a momentos de intimidad únicos. “Quiero que todos tengamos seguridad personal, autoestima y compromiso con nuestro cuerpo”, dice la rubia poderosa que dirige la escuela de modelaje más importante de Córdoba.
¿Cómo podrías describir tu actualidad en Mannequis?
Tengo algunas ideas muy concretas que estamos transitando con todo el equipo. Mi idea como directora de Mannequis es abrirnos a la sociedad, con modalidad mixta y nuevas búsquedas. Siento que tenemos que complementarnos con cursos para mujeres y hombres, comprendiendo que ambos pueden recibir el mismo contenido y lograr juntos una sinergia única.
Eso dista mucho de la modelo distante de la sociedad que antes existía, ¿no es así?
Fue una evolución, individual y social. Las marcas incluso comprenden eso y demandan personas que trasmitan algo. A veces buscan talentos, influencers, youtubers o instagrameros. Ya no funcional sólo la mannequin perfecta de medidas únicas.
¿A vos te gusta ese cambio?
¡Me encanta! Disfruto cuando podemos sumar adultos mayores en las producciones, que se incluyan niños, diversidad de razas, de colores y tipos de piel y pelo. Y eso me permite acercarme a mi propio ser, que ama la diversidad.
¿Serías modelo hoy?
Creo que sí. Me adaptaría de acuerdo a los valores mucho más fácil que en los
años ´90.
¿Era duro ser modelo en esa década?
Era complicado. Había mucha competencia y ser modelo era sinónimo de ser celebridad. De hecho, quedan íconos de los ´90 y no posteriores. Son muy pocas. Se trabajaba mucho pero era una exigencia enorme, cuando debías cumplir con cánones muy estrictos de belleza.
¿Cómo te llevás con tu propia belleza?
Es un desafío. Lo que yo veo de bello o no, tiene más que ver con lo interno. Muchos momentos me he sentido horrible y estaba físicamente impecable. Sin embargo, lo propio es lo que importa. A veces no podemos vernos al espejo aunque los demás nos vean lindos. Nuestro interior tiene su reflejo afuera.
¿Es algo que aprendiste o siempre pensaste así?
Lo aprendí con el tiempo, con las vivencias y las experiencias que he tomado en la escuela.
¿Cómo equilibrás y llevás tu rol de madre con el de directora ‘full time’?
Jamás tengo culpa. Mis hijas saben que trabajo, me conocen así y trato siempre de integrarlas. Sí administro los tiempos para que cuando estoy con ellas sea genuino y de calidad. Juego con ellas, pintamos, nos alejamos de la tecnología y nos disfrutamos.
Si mirás hacia atrás, ¿te ves exitosa?
Para mí ser directora de Mannequins era algo inalcanzable y me doy cuenta de la cantidad de cosas que pude conseguir. Pero en el fondo no me la creo. Siento mucho orgullo de lo que logré pero con total consciencia que lo hicimos en equipo.
No mostrás mucho de tu vida más allá de lo laboral, ¿es una postura?
Reservo mucho mi vida privada y siento que debe ser un espacio de disfrute íntimo.
¿Cómo te sentís hoy?
Me siento en una etapa de plenitud. No creo que la felicidad deba estar puesta en otras personas sino en uno mismo. Me siento fuerte.
¿Cómo te ves en 10 años?
Espero que viajando (risas). Profesionalmente me imagino más cercana a lo académico. Quiero profesionalizar los cursos de Mannequins con una capacitación de mucha calidad.
Te gusta viajar, ¿cómo son tus travesías?
Siento que es lo que más disfruto. Me gusta conocer los lugares en profundidad, conocer y hablar con los que viven allí, viajar en los transportes públicos, comer lo típico, experimentar lo propio de cada espacio.
Fuiste hace poco a Nueva York con tu hija, ¿cómo fue esa experiencia?
Fue hermosa y me sorprendió lo conectada que estaba Catalina. Para mi es una ciudad conocida, porque trato de ir una vez al año, pero no para ella. Sin embargo, caminó muchísimo, se adaptó al estilo de vida de esa metrópolis y lo disfrutamos mucho juntas.
Capítulo de moda con Nati Bula
Si querés adelantarte a la moda, aprovechá las claves de Bula porque son una joyita. “Se impone el animal print y recomiendo comprar algo, porque seguirá usándose durante el próximo verano, y van todos: los prints clásicos (cebra y atigrado), el reptil y el de vaca. Además de sus versiones naturales, vienen en colores estridentes y mezclas más psicodélicas. En cuanto a colores, se usarán mucho los colores mostaza, amarillo, maíz, verde, rojo y azul”, explica la directora de Mannequis.
Ella, quien sabe de tendencias como pocos, entiende que ser presos de estas no tiene mucho sentido pero sí disfrutarlas lúdicamente. “No me compro todo lo que se usa porque soy una mujer con estilo clásico, sin embargo, apuesto por los detalles. Tal vez no tengo todas las nuevas colecciones pero sumo pañuelos, zapatos o una prenda específica de lo último”, nos cuenta Natalia. Sobre la moda como idea de consumo, Natalia tiene una visión muy concreta: “Quedó atrás el ‘fast-fashion’ y se viene la revaloración de los buenos materiales, las molderías pensadas, las compras inteligentes y el cuidado del medioambiente. En Estados Unidos vi muchos movimientos de jóvenes que quieren cuidar los procesos y las materias primas. Eso va a llegar a Córdoba, no tengo dudas”, finaliza Bula interesada en el tema.
“Escucho música todo el tiempo. Tengo una lista especial es Spotify y en mi casa
suena música desde que nos despertamos. Siento que nos complementa y da
buena energía”.