*Especial, por Valeria Carranza Bertarelli de Astro Valerina
En astrología, la Luna es quien representa a nuestra niña interior. Se conforma desde el momento de nuestro nacimiento y rige fuertemente nuestra personalidad hasta los siete aproximadamente.
Sin embargo, a medida que vamos creciendo, quien va tomando protagonismo es nuestro Signo Solar porque representa nuestra identidad más esencial. Sin embargo, la Luna sigue activa, porque sabemos que las cosas que vivimos en la infancia nos marcan intensamente.
¿Cuándo y cómo aparece nuestro niño o niña interior en la adultez?
Generalmente, en las situaciones que nos evocan experiencias dolorosas previas no resueltas. Entonces se activan todas nuestras alarmas de supervivencia, las mismas que se activaban cuando éramos niños y sentíamos temor, soledad, enojo.
Pensamiento infantil
Aunque somos adultos y adultas, nuestra mente empieza a funcionar igual que de pequeños y pequeñas. Aparecen las ideas infantiles que teníamos en esos difíciles momentos. Así como las creencias negativas inconscientes sobre nosotros y nosotras mismos, los demás y la vida.
Este patrón de pensamientos, conductas y emociones pueden aparecer en unos pocos segundos y nos invade el presente, generando mucho malestar. Así, la mayor parte del tiempo no somos conscientes de lo que nos pasa.
Por eso acá aparece la palabra clave: conciencia. Hay que empezar a ponerle conciencia a las situaciones que nos provocan inseguridad y miedos. Por lo tanto, voy a proponerte que conozcas tu Luna: niña interna, con paciencia y mucha amorosidad. La misma que hoy usás con otros niños o niñas, tu perrito, gatito o lo que sea que te despierte esa cariño.
Ritual para conocer ese niño o niña interior
Vas a necesitar un cuaderno, un foto tuya de la niñez, una plantita cerca (como sinónimo de vida y crecimiento), velitas , aromas y música que te haga bien.
✓ Pegá la foto en la primera hoja. Escribí una especie de dedicatoria, unas frases para darle a tu niña interior una bienvenida al proceso de aceptación y cuidado.
✓ Es muy importante utilizar frases positivas expresadas de una manera afirmativa y en presente. Las que te salgan van a estar bien pero que sean mimos por favor.
Contale qué cosas hacés y te gustan hoy que a ella le gustaría saber. También, qué cosas extrañás de ella y te gustaría que te acompañen hoy.
Cada vez que lo sientas abrí tu cuaderno y contale cómo estás, qué te duele, qué te alegra. Esto es un comienzo para empezar a tratarte con toda la ternura y amor que vos y y tu niño o niña interior merecen.
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