Por Julieta Fantini/ tw: @julifantini
Mientras que a nivel legislativo se discute la posibilidad de dar más beneficios a las parejas que son padres, entre otras compensaciones que hacen a la compatibilización de la vida familiar y laboral, algunas empresas hacen punta.
La conquista de un mayor protagonismo de la mujer en el mercado laboral, redefinió la manera en que las parejas actuales comparten y reparten sus responsabilidades familiares y las tareas del hogar. Si bien los números indican que las mujeres dedican más tiempo al trabajo no remunerado, en ciertos círculos los hombres están cada vez más insertos en lo hogareño y en el cuidado de los hijos desde bebés y también de los adultos de la familia que precisan de atención.
Así, ante la demanda de los trabajadores o la comprensión de que la dedicación a la vida personal también repercute positivamente en el desarrollo profesional, algunas compañías
se ponen a tono, a pesar de que la legislación vigente y los convenios de trabajo no vayan al mismo ritmo.
El habitual desequilibrio entre vida personal y laboral puede generar resistencia de
jóvenes o para aquellos que viven solos, sin personas a cargo. Y la mirada está puesta
habitualmente en las mujeres que son madres, pero es creciente el número de hombres
trabajadores que, ante la inminente paternidad, buscan que su trabajo les de beneficios que les permitan participar de manera más equiparada en lo doméstico.
Ser papá no implica hoy, como hace décadas atrás, el rol del proveedor. Hoy son cada vez más repetidas las postales de familias constituidas por dos que trabajan y se reparten tareas, mientras sus obligaciones se lo permitan.
Datos rumbo a una nueva estrategia
Así lo evidencian los resultados del Global Home Index. El último informe del Centro Walmart Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School de Argentina -que se propone revalorizar el trabajo del hogar en la sociedad- indica que la mayor inserción de la mujer en el ámbito laboral “también ha modificado su lugar en la esfera hogareña y, de alguna manera, ha replanteado el rol del varón en la casa”. Con datos actualizados a 2017, el informe también da cuenta de otro emergente en las familias donde ambos trabajan: quién cuida a los niños. Y advierte que “un desafío para el Estado será lograr expandir las medidas a todos los trabajadores ya que gran parte de la sociedad argentina, si no tiene el apoyo de políticas públicas, no tiene cómo pagar el cuidado de dependientes”.
De lleno a la encuesta realizada por el GHI, las percepciones en torno a las tareas del hogar muestran un elevado consenso en torno a la idea de que todos los miembros de la familia conceden gran importancia a su propia contribución y a la de los demás. Solo un 4% de las mujeres y un 5% de los hombres encuestados dijo no manifestar interés en ese tema. En un mismo porcentaje, los consultados dijeron estar de acuerdo con que la realización de las tareas del hogar contribuye a desarrollar competencias para otras áreas de la vida. Sin embargo, la mayoría de los participantes de Argentina manifiestan altos niveles de acuerdo en que no dedican el tiempo suficiente a esas labores domésticas, dado que sus obligaciones laborales se lo impiden. Y es allí donde la realidad se choca con lo moralmente correcto: todos queremos y nos parece bien compartir el “trabajo invisible” pero, o el hábito o la demanda de la vida laboral, impiden que el reparto sea más equitativo.
En las conclusiones del GHI lo plantean como el principal reto de las familias argentinas y agregan: “Este dilema demanda nuevas estrategias de conciliación trabajo-familia, en las que varón y mujer puedan ser capaces de sacar adelante un trabajo profesional externo, sin descuidar su rol de padre y madre insustituible para el sano desarrollo y crecimiento de sus hijos y para la atención de los mayores”.
Libertad, autonomía y flexibilidad laboral
En este marco, tanto el Estado, como algunas empresas incorporan beneficios para mejorar la calidad de vida de sus empleados. En Córdoba, el informe del Observatorio de Recursos Humanos que elaboró la consultora Pedemonte y Asociados, arrojó algunos datos en 2017 que hacen a la armonización entre vida familiar y laboral. En ese sentido, el homeworking tiene baja incidencia (15%).
En lo que hace a las licencias por paternidad, en promedio, las empresas relevadas
duplican los días indicados por la ley (de dos a cuatro). “Un beneficio que cada vez toma
mayor trascendencia”, señala Pedemonte, aunque el relevamiento indica que el 89% no la
amplía. Por último, del total relevado, un 78% sí apuesta por la flexibilidad horaria.
La modalidad de jornada flexible es algo habitual en las empresas tecnológicas; así como también en las industriales, aunque solo para posiciones gerenciales.
Sobre este último punto, se destaca un dato del Workmonitor de la consultora de Recursos Humanos Ranstad. En los resultados del primer trimestre del monitoreo, se revela que si bien la mayoría trabaja en una oficina con un horario fijo de entrada y salida,
el 70% de los argentinos encuestados indica que desearía poder trabajar en su casa u otras locaciones, aunque su empleador no le ofrece actualmente esa posibilidad. De acuerdo a los responsables del estudio, la búsqueda es -como no podría ser de otra manera- de libertad, autonomía y esquemas flexibles que permitan balancear trabajo y vida privada: el 78% de los encuestados en el país considera que un formato de trabajo más flexible contribuye a un mejor balance entre lo personal y lo laboral.