*Por Leticia Martín Enjuto, Psicóloga General Sanitaria, especializada en Terapia Cognitivo-Conductual y Terapias de Aceptación y Compromiso
¿Qué son los patrones de enamoramiento?
Los patrones de enamoramiento son esquemas inconscientes que guían nuestras preferencias y elecciones en el amor. Estos se forman a partir de nuestras experiencias pasadas, especialmente en la infancia, y están influenciados por factores como nuestras relaciones familiares, experiencias previas y creencias sobre el amor.
Factores comunes que influyen en los patrones
- Modelos de apego: Nuestra relación con las figuras de apego durante la infancia (padres o cuidadores) influye en cómo nos vinculamos con nuestras parejas. Por ejemplo, alguien con un apego ansioso podría buscar constantemente seguridad en el otro, mientras que alguien con apego evitativo podría temer la cercanía.
- Repetición de lo familiar: Muchas veces nos enamoramos de personas que nos recuerdan dinámicas familiares, incluso si no fueron saludables. Por ejemplo, si creciste en un entorno donde el afecto era condicionado, podrías tender a buscar parejas que confirmen esa dinámica. Esto ocurre porque lo familiar, aunque no siempre sea positivo, genera una sensación de seguridad.
- Creencias culturales y sociales: Las ideas sobre cómo “debería” ser el amor, influenciadas por películas, libros o redes sociales, también moldean nuestras expectativas y elecciones.
¿Cómo romper con patrones tóxicos?
Identificar y romper patrones negativos no es fácil, pero es fundamental para construir relaciones más saludables. Recomendaciones:
- Autoconocimiento: Reflexiona sobre tus relaciones pasadas ¿Notás patrones repetitivos? ¿Qué tipo de personas tiendes a elegir y por qué?
- Establecer límites: Aprendé a identificar cuando una relación no es saludable y pon límites claros.
- Buscar ayuda profesional: La terapia puede ser una herramienta poderosa para identificar patrones inconscientes y trabajar en ellos.
Enamorarse no es un acto completamente aleatorio, sino que está guiado por patrones psicológicos que podemos observar y, si es necesario, transformar. Al conocernos a nosotros mismos, podemos elegir relaciones que nos nutran y nos ayuden a crecer en lugar de repetir ciclos dañinos.