“Hoy, la primera impresión no se da en una entrevista, sino en Google, LinkedIn o Instagram. Los reclutadores, clientes y aliados estratégicos buscan referencias antes de concretar cualquier oportunidad”, asegura Soledad Depresbítero, quien brinda asesoría y coaching de personal branding (o marca personal).
Sobre este último concepto, expone: “es la huella que dejamos en los demás; el conjunto de nuestra identidad, valores, talentos y cómo los comunicamos. No se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos y el impacto que generamos”.
De esta manera, la marca personal se ha convertido en un recurso estratégico para destacar, posicionarse y conectar con oportunidades, entendiendo que, en los tiempos que corren, no basta con ser bueno en algo, sino que es fundamental comunicarlo de forma auténtica.
En este marco, las redes sociales sirven como vidriera “y nos permiten mostrar nuestra trayectoria, expertise y valores de manera orgánica” -sostiene Sol-. Por lo tanto, la clave está en gestionarlas con intención:
- Tener un perfil profesional bien optimizado (LinkedIn, Instagram, web personal).
- Publicar contenido relevante para nuestro nicho.
- Participar en conversaciones estratégicas en comunidades y foros.
- Aprovechar la tecnología para crear autoridad y confianza.
“Quien no gestiona su presencia digital, deja su reputación en manos del azar”, advierte.
Según explica Sol Depresbitero, construir una marca sólida implica:
- Autoconocimiento: Definir qué nos hace únicos, nuestros valores y propósito.
- Propuesta de valor: ¿Qué aportamos? ¿Cómo nos diferenciamos?
- Comunicación estratégica: Ser claros, coherentes y consistentes en el mensaje.
- Presencia digital: Aprovechar las plataformas para mostrar expertise y conectar con audiencias.
- Networking: Construir relaciones estratégicas y sumar valor a nuestra comunidad.
“El branding personal es un camino de evolución constante. La autenticidad y la estrategia van de la mano”, agrega. “Ya no alcanza con un buen CV; la presencia digital, la coherencia en el mensaje y la capacidad de generar confianza son determinantes”, profundiza.
A su vez, entre las habilidades que se requieren se destacan:
- Oratoria y storytelling → Saber contar una historia de manera impactante.
- Manejo de plataformas y contenidos digitales → Tener criterio para comunicar con impacto.
- Liderazgo y gestión emocional → No solo lo que hacemos, sino cómo nos relacionamos.
- Capacidad de adaptación → El mundo cambia, pero una marca auténtica y bien trabajada se sostiene.
En este sentido, Sol afirma: “La combinación de habilidades técnicas y blandas marca la diferencia.”
Finalmente, destaca dos referentes cordobeses que han logrado con éxito construir su personal branding. En primer lugar, la cantante y compositora, Zoe Gotusso. Al respecto, Sol remarca: “Más allá de su talento musical, Zoe construyó una marca personal que la diferencia: una estética simple pero con un estilo bien definido, una voz única y una comunicación que acompaña su voz delicada y cercana. Su crecimiento ha sido orgánico y estratégico logrando posicionarse como una artista con identidad propia y miles de fans”.

Por otra parte, el actor Daniel Aráoz. “Su versatilidad y carisma lo han convertido en un referente del cine, teatro y televisión argentina. Su sello personal está en su humor, su frontalidad, su capacidad de generar conexión con el público y su presencia en los medios”, analiza Depresbítero.

Y cierra: “Ambos son ejemplos de cómo una marca personal bien trabajada trasciende disciplinas y conecta genuinamente con las audiencias”.