Con el arribo de la temporada otoño-invierno quedan atrás las piletas, los ríos y playas. También la alta exposición al sol debido al descenso de temperaturas que invita a vestirse con más prendas y a quedarse en casa, dentro de lo posible. Son estas condiciones que propicia el frío las que vuelven a esta época del año la ideal para realizarse un piercing.
“En verano es menos prudente hacerse una perforación porque se dificultaría darle el cuidado que corresponde. Entonces, se recomienda la práctica en momentos que faciliten la cicatrización para así evitar futuras infecciones”, explica Ernesto Carreras (40), piercer de Córdoba que ejerce desde hace más de 20 años.
En torno a los detalles para preservar el piercing, advierte que “dependen de la zona perforada”. No obstante, en líneas generales se recomienda higienizar con jabón antiséptico, aplicándolo con hisopos.

“Luego enjuagar y hacer compresas de solución fisiológica. Son dos pasos a hacer entre 2 o 3 veces al día, durante 1 mes completo”, añade. A su vez, remarca que es importante “no tocar el aro”, más allá de la limpieza.
Moda para todos
Carreras asegura que, aunque “estadísticamente” quienes más elijen los piercings son las personas entre 17 y 35 años, él tiene clientes de todas las edades.
Asimismo, revela las tendencias y aclara que “varían año a año, pero los clásicos se mantienen”. Para mujeres, predomina el piercing nostril (strass en la nariz), como también el hélix (en el cartílago de la oreja) y en el ombligo.

En tanto, los hombres suelen optar por expansores en el lóbulo de la oreja.

Otra opción frecuente en ellos son la lengua, el tragus (también en la oreja) y el septum para la nariz.