Si queres lucir tu piel radiante no debes perderte el primer paso de maquillaje: los primers o prebases. Estos productos preparan la piel, suavizándola, disimulando imperfecciones como los poros abiertos, los granos o las rojeces, y, además, ayudan a prolongar el maquillaje. Te contamos, cómo tenes que usarlas.
Los primers o prebases, son productos que se aplican como base de maquillaje para preparar la piel. Es un producto entre tratamiento y maquillaje. Se utilizan de manera complementario al tratamiento habitual. Es como ‘una cámara de aire’ que hay entre la piel y la base de maquillaje, y que ayuda a mantener el maquillaje en mejor estado.
Además, cumplen otras funciones, mejoran la textura de la piel, pudiendo matificar, controlar los brillos y la grasa, o hidratar e iluminar, así como suavizar, calmar y proteger la piel con antioxidantes y factor de protección solar.
UN PRIMER PARA CADA NECESIDAD
Las prebases no son nuevas, hace años que se usan en el maquillaje profesional, pero el boom de este producto para todos los públicos, ha hecho que las marcas cosméticas ofrezcan, cada vez, más opciones. De esta forma puedes encontrar prebases universales que cumplen diferentes objetivos, pero también puedes encontrar primers específicos: para disimular los poros abiertos, para unificar el tono, para corregir rojeces, para hidratar la piel seca, para matificar y controlar los brillos, para alisar la piel, iluminar, etc.
CÓMO UTILIZARLAS
Después de hidratar el rostro y antes de aplicar la base, es el momento de usar la prebase que hayas elegido. Aplicar una cantidad controlada de primer, para que el producto que usemos a continuación pueda trabajarse con facilidad. Así que no conviene aplicar mucha cantidad, y, además, solo debes usarlas en las zonas del rostro donde sean necesarias. Si, por ejemplo, elegiste una prebase matificante, tenes que aplicarla preferiblemente en la zona T (frente, nariz y barbilla), que es donde se acumula más grasa. Si elegís una para minimizar los poros, aplícala solo donde tus poros sean más visibles (normalmente en las mejillas).
Se puede aplicar un par de prebases, combinándolas. Por ejemplo, si tu rostro tiene alguna zona más grasa, aplicá allí una prebase matificante, y si tenes zonas deshidratadas, eligí otra prebase hidratante.
Por otra parte, usar una prebase no significa que luego tengas que aplicar de forma obligatoria una base de maquillaje. Las prebases también se pueden usar solas.
PREBASES, TAMBIÉN PARA LOS OJOS Y LOS LABIOS
También existen primers para los ojos y los labios. La piel del párpado es más fina y grasa y esto puede hacer que con las horas, las sombras se emborronen. Las prebases para los párpados ayudan a la fijación de las sombras, amplificar o resaltar los pigmentos, matificar y absorber la grasa de los párpados, evitar que se cuarten las sombras y se formen líneas en los acabados y por supuesto que el look de ojos se mantenga intacto hasta la hora de desmaquillarse.
En el caso de los labios, las prebases funcionan como un bálsamo acondicionador, que hidrata la piel de los labios y evita las grietas, para que tus labiales se luzcan.