“El uso de protectores diarios es una práctica común entre muchas mujeres”, advirtió la profesional Bianca Garimanno Bongiorni. Y añadió: “Sin embargo, es importante ser consciente de que su uso constante puede afectar la salud de la vulva y la vagina”.
Se trata de productos que servirían para absorber el flujo vaginal diario, manteniendo la ropa interior seca y limpia y brindando entonces tanto comodidad como protección. No obstante, “al estar en contacto directo y prolongado con la piel de la zona íntima, pueden generar irritación por rozamiento y, al mismo tiempo, aumentar la humedad y sudoración en la región” -señaló la ginecoobstetra-.
Así, estos factores favorecen el desequilibrio de la flora vaginal, lo que puede dar lugar a diversos síntomas incómodos como prurito (picazón), irritación, infecciones vaginales e incluso flujos abundantes y con mal olor.
Sobre esto último, Bianca aclaró: “Es fundamental entender que el flujo vaginal es normal y su presencia no debe generar preocupación, siempre que no se presenten alteraciones. Es decir, es generalmente transparente o blanco, sin mal olor”. Por tanto, cualquier cambio en su color, textura o el desarrollo de un olor desagradable puede ser indicativo de una anomalía y requiere una consulta médica para obtener un diagnóstico adecuado.
Cambiar de hábitos
Para aquellas personas que han adquirido el hábito de usar protectores diarios de manera regular, la Dra aseguró que “lo más recomendable es discontinuarlos gradualmente”. “Cambiar un hábito es difícil, especialmente uno tan arraigado, pero es fundamental tomarse el tiempo necesario para explicar a las pacientes la importancia de esta modificación”, sostuvo.
También remarca que reducir su consumo es para favorecer la salud íntima y evitar problemas derivados del exceso de humedad y contacto con materiales sintéticos. Igualmente, para quien opte por continuar colocándoselos, recomendó adoptar prácticas para minimizar los efectos negativos.
Entre estas, indicó cambiarlos cada 3 o 4 horas, especialmente si se ha realizado alguna actividad física o si se está luciendo ropa ajustada, como jeans o calzas, ya que estos factores aumentan la acumulación de humedad en la vulva. “El objetivo es evitar que la zona íntima quede ocluida durante períodos prolongados, ya que mantener la vulva lo más aireada posible es clave”, detalló.
Por último, comentó que “existen alternativas que pueden cumplir la misma función y que son menos invasivas”. Una opción es el uso de papel higiénico o algodón, los cuales, aunque puedan parecer poco convencionales, no contienen los productos químicos presentes en las toallitas o protectores descartables.
“Otra opción más ecológica y respetuosa con el medio ambiente son los protectores diarios de tela, que han ganado popularidad en el último tiempo y son fabricados con materiales naturales y reutilizables”, cerró.