“El nacimiento es sagrado, no más violencia”, es el lema elegido este año para la Semana Mundial del Parto Respetado, conmemorada del 17 al 22 de mayo. La iniciativa hace referencia, fundamentalmente, a la concientización en torno a los derechos que poseen las mujeres gestantes a un parto natural y fisiológico.
Argentina, además, cuenta con la Ley Nacional 25.929 sancionada en el año 2004 y reglamentada en 2015. Esta ampara en el mismo sentido, a la embarazada, el recién nacido y la familia, también durante el posparto. En tanto, Córdoba adhirió al precepto, mediante la Ley 9.227.
Así, la legislación promulga la posibilidad de elegir la posición para parir, los acompañantes durante el proceso, como también el contacto inmediato, ininterrumpido y continúo con el bebé, entre otros aspectos.
A su vez, se contempla que la madre sea informada de los pasos en la intervención, ofreciéndole opciones para que pueda consentir cada procedimiento. En este marco, se suma la Ley Nacional 26.485, de protección y prevención, que establece que la violación a lo dispuesto constituye violencia obstétrica.
De esta manera, la jurisprudencia favorece avances en la materia, buscando preservar a los involucrados durante un nacimiento. La misma meta, por otro lado, se plantea el doulaje, una tarea ancestral encarnada por mujeres para mujeres.
De qué trata
Estas guardianas de la gestación, el parto y el puerperio, acompañan emocionalmente, brindan datos pertinentes, despejan dudas y trabajan, sobre todo, los miedos e incertidumbres que surgen a lo largo de la etapa.
“La mamá sostiene a su hijo por nacer y nosotras a ella y los demás integrantes de una familia”, explica Luciana Pacheco, doula que inició su camino como tal cuando llegó Giovanna al mundo, su pequeña de 6 años.
Al respecto, rememora: “Decidí tener a mi hija en casa y asesorarme con una red de acompañamiento. A raíz de eso que obtuve, empecé a doular también”. En la misma línea, afirma que “la mayoría de quienes lo vivieron, sostienen que cada embarazada debería contar con una en su vida, por la revolución que significa”.
“El sostén que necesitamos no tiene solo que ver con el proveniente de una pareja o amiga de confianza, sino alguien que verdaderamente entienda y empatice. Muchas veces romantizamos la maternidad, creemos que debemos estar felices, y no siempre ocurre, por lo que es importante manifestarse y nosotras estamos para eso”, detalla Pacheco.
Movimiento que crece
En la ciudad, de manera voluntaria, la red de doulaje está presente en el Hospital Privado y el Misericordia. No obstante, se aborda de manera 100% particular. Luciana cuenta que aún la labor no es reconocida dentro del sistema de salud. Igualmente, destaca que “cada vez hay más obstetras y médicos que apoyan y recomiendan”.
Por otra parte, aclara que el cortejo rige de la misma forma si se da a luz en domicilios o instituciones. “Toda mujer tiene el derecho a que esté una doula y una persona de confianza que elija. Es algo que debe hablarse según el protocolo de cada lugar”, comenta.
Respecto a la manera de relacionarse durante el periodo pautado, indica: “Se basa en decisiones de cada familia. Se sugiere comenzar desde el cuarto o quinto mes de embarazo y los encuentros pueden ser grupales, con parejas en el mismo trimestre, o citas personalizadas”.
Las inseguridades, los derechos, los pormenores de las normativas vigentes y la lactancia, son algunos de los tópicos que se tratan en conjunto. Acerca de la expansión de la propuesta, Luciana celebra: “Se puso de moda hace muy poco tiempo y cada vez más personas lo eligen”.
También reflexiona: “Los hombres tienen dudas y se acercan, quieren saber y consultan” y cierra: “Es hermoso que estén presentes y así se forma un equipo en el que todos aportamos un poquito, estando en el lugar que corresponde, armónicamente”.