Por Julieta Fantini/ Tw: julifantini
Se impone en fiestas, eventos empresariales, cumpleaños. Vas a un bar y es probable que te encuentres con una persona, micrófono en mano, contando -con precisión y gracia- pequeñas anécdotas de la vida. Si te enganchaste, seguro que pagás una jugosa entrada para ver a algún referente en un teatro. En los últimos años, se multiplicó también la oferta de talleres para aprender la técnica. Surgió, en Alta Gracia, un bar de comedia que acaba de cumplir cuatro años.
Todo esto pasa en Córdoba con el stand up, un género de la comedia que dejó su categoría de fenómeno emergente y vive un presente de madurez y, al mismo tiempo, crecimiento.
Mar Tarres, Elisa Gagliano, Emanuel Rodríguez, Jorge Monteagudo y Mariel Soria son algunos de los referentes locales del monólogo de humor que llegó a la “ciudad del chiste”, para quedarse.
ESCENA CONSOLIDADA
Para Jorge Monteagudo, actor, docente y standapero, si bien el público local ya sabe con qué va a encontrarse “no hay un circuito del stand up establecido, como sí hay un circuito teatral”. Destaca: “Es un género que ha encontrado gran aceptación por parte de las mujeres, no solo las que asisten sino también las que incursionan en el género. Antes parecía que el humor era territorio exclusivo de los hombres pero al menos en mis talleres ha habido un aumento de mujeres de diversas edades”.
Por su parte, la actriz y también humorista Mariel Soria entiende que hubo ciertas demoras en la consolidación del género en Córdoba porque costó marcar diferencias con el humor tradicional: “Salías al escenario y la gente esperaba que contaras un chiste de gallegos. Hoy saben que es un monólogo basado en la observación, disfrutando una propuesta distinta”, reflexiona.
QUÉ SOBRA Y QUÉ FALTA. La proliferación de propuestas da como resultado una escena rica e irregular.
Monteagudo analiza que a los comediantes “les sobra ansiedad y le falta paciencia”. En ese orden, recomienda: “En algunos casos, a veces sobra banalidad y falta contenido. Es necesario comprenderlo más como un género de reflexión y no tan solo para hacer reír. El humor siempre es incorrecto, irreverente e incómodo. Ah, y político”, precisa.
POR DEFINICIÓN, EN VIVO.
La explosión de los contenidos a través de las redes sociales de Internet no dejó afuera al stand up, que supo adaptarse para transitar por esas plataformas para promocionarse.
Es en el vivo cuando sucede la magia porque, como explica Jorge Monteagudo, “no es solo un monólogo, sino también un diálogo con el público”.
La tele e Internet son los causantes directos de que más gente incursione en el género”. Algo similar entiende Mariel Soria: “con la cercanía del público en el escenario se construye una relación que no se logra desde las redes. Son distintas energías, pero sin dudas una tracciona a la otra, y viceversa”.