Dejar atrás la etapa de, tranquilidad y desconexión para reincorporarse a las actividades habituales, ya sean de trabajo, estudio o tareas domésticas, implica un proceso de acomodación que, indefectiblemente, genera aumento de los niveles de ansiedad.
El cambio brusco en los ritmos de sueño, alimentación, exigencias cognitivas, etcétera, crea un “choque” en el cuerpo; por lo tanto, el cerebro necesita adecuarse. La etapa de adaptación puede generar diversos síntomas físicos (insomnio, taquicardia, cansancio, cefalea, dolores musculares); psicológicos (irritabilidad, angustia, desmotivación, apatía, nerviosismo), y neuropsicológicos (dificultades en la atención y concentración).
Es importante tener en cuenta que se trata de una etapa de adaptación emocional normal, una fase transitoria, no permanente, que atraviesa gran parte de la población y cuyo tiempo de superación se extiende entre los siete y 14 días, según las características psicológicas y contextuales de cada persona.
Por otro lado, hay un factor importante a tener en cuenta relacionado al aspecto económico. Estadísticamente, en vacaciones los gastos se incrementan de forma notoria. Disfrutar gastando sin preocupaciones, implica enfrentar en los meses siguientes resúmenes de tarjeta al rojo vivo, que coinciden con el inicio del periodo escolar y sus típicas grandes erogaciones.
¿Es posible enfrentar esta etapa y superarla de forma exitosa? ¡Claro que si!
Consejos para prevenir y enfrentar el estrés postvacacional
- Hacer una correcta transición. De ninguna manera es recomendable volver de vacaciones e reincorporarse al trabajo a las pocas horas; el impacto es muy agresivo y la resistencia de nuestro organismo será mayor. Lo ideal es que se pueda regresar de forma paulatina a los horarios y velocidad de la rutina.
- No pretendas el primer día de trabajo o estudio tener un nivel de rendimiento alto. Empieza con tareas tranquilas e incorpora el resto de forma paulatina.
- Cuida tu alimentación, las vacaciones suelen ser el periodo ideal para comer de forma irregular y poco saludable. Incorporar una dieta adecuada va a ayudarte a sentir energía y bienestar para enfrentar la rutina.
- “Cambiar la mirada” frente a las diversas situaciones que atravesamos. Entender al trabajo o estudio como un espacio saludable, que genera buenos momentos y permite alcanzar metas y objetivos, es clave para motivarse.
- Realizar ejercicio físico de forma regular genera liberación de endorfinas, protectoras del bienestar anímico.
- En caso de que continúes sufriendo los síntomas del estrés postvacacional dos semanas después de haberte reincorporado a tu rutina habitual, es importante que consultes con un profesional de la salud que te permita resolver la situación.
Especialista consultada: María Eugenia Bruno, licenciada en Psicología y especialista en Psicoterapia Cognitiva. MP 8242
Mail: [email protected] Instagram @psicóloga_Maria Bruno