Según un informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción¹, las mujeres ganan un 28,1 % menos que los hombres, representan casi el 64% de los sectores con menores ingresos y tienen una tasa de desempleo más alta (7,8% vs. 6,1%). A esto se le suma una tasa de informalidad del 39,3%, es decir, las mujeres tienen una mayor exposición al trabajo informal, lo que implica una mayor vulnerabilidad en términos de derechos laborales y frente a esto, surge el concepto de ‘techo de cristal’
Con el fin de definir las barreras que encuentran las mujeres en su lugar de trabajo, durante 1978 Marylin Loden desarrolló la idea: una barrera invisible dentro del sistema que limita el crecimiento y desarrollo profesional de las mujeres. 47 años después, las desigualdades continúan reflejando los desafíos aún pendientes para alcanzar una verdadera equidad en el ámbito laboral.
En el Informe Mundial sobre la Brecha de Género 2024², Argentina se ubica en el puesto 6 dentro de América Latina y en el 32 a nivel global en términos de equidad de género. A pesar de ciertos avances, el informe advierte que, al ritmo actual, tomará 134 años alcanzar la paridad.
Este dato pone en evidencia la importancia de seguir impulsando iniciativas que fomenten la igualdad de oportunidades y reduzcan las brechas aún existentes en distintos ámbitos de la sociedad.
Fátima Ribeiro, coach PCC certificada por la Federación Internacional de Coaching y especialista en procesos de desarrollo profesional, liderazgo y equipos, compartió cuáles son los desafíos más comunes que las profesionales traen a una sesión de coaching:
- Desarrollar presencia ejecutiva.
- Desarrollar conexiones, principalmente con niveles jerárquicamente más elevados.
- Comunicación asertiva en diferentes dimensiones y con diferentes niveles en la organización.
- Navegar el cambio y situaciones desafiantes.
- Descubrir el propósito: conectar con una visión y un plan de desarrollo de carrera o crecimiento profesional.
- Balancear diferentes dimensiones de la vida, evitando el burnout.
- Liderarse a sí misma.
- Liderar a otros.
- Desarrollar visión estratégica.
En un mundo laboral donde las desigualdades persisten, contar con herramientas y acompañamiento adecuado marca la diferencia. El coaching no solo brinda apoyo en el desarrollo profesional, sino que también ayuda a las mujeres a fortalecer su liderazgo, ampliar sus oportunidades y alcanzar su máximo potencial.
Impulsar entornos más equitativos requiere compromiso y acción, y el desarrollo de habilidades clave es un paso fundamental hacia la paridad de género en el ámbito corporativo.