Llegó la primavera, el calor y como cada año en esta época comienzan las preocupaciones comunes. Llegar “en forma” al verano, deshacerse de esos kilitos de más que nos deja el invierno. Hoy las ofertas de dietas exprés son abundantes en las redes, pero…¿son realmente sanas y eficientes?
En principio, es interesante no hablar de dietas sino de alimentación saludable y consciente, aprender a elegir qué necesita mi cuerpo según la etapa de la vida que transita, qué nutrientes me aporta cada alimento. No deberíamos elegir dietas generalizadas, con las cuales se logra inicialmente adelgazar rápido, pero el resultado posterior es un aumento abrupto. Iremos planteando algunos tips para que puedas elegir un plan alimentario adecuado y saludable para la primavera.
No busques resultados inmediatos. En principio es ideal abordar un nuevo estilo de alimentación con paciencia y tranquilidad, el descenso de peso debe ser paulatino, respetar los ritmos de cada cuerpo y, en estos casos, la ansiedad no nos llevará muy lejos.
Organiza las compras de alimentos. Es necesario ser organizados con la compra de alimentos, destinar un día a la semana para hacerlas y también es importante elegir lugares donde los productos que ofrecen sean naturales y, además, nos brinden asesoramiento a la hora de elegir, ya que los productos industrializados no brindan calidad en cuanto a nutrientes.
Planificar el menú. Es muy importante saber con antelación qué vamos a comer, lo que evita tentaciones o elecciones desacertadas.
Creatividad al 100%. Si comemos siempre lo mismo, puede ocurrir que nos aburramos y, por ende, abandonemos este nuevo estilo de vida. Para que esto no pase, inventá nuevas recetas, utilizá nuevos ingredientes cada semana e intercambiá ideas con otras personas.
El tamaño sí importa. Si queremos lograr un peso saludable debemos respetar las porciones de alimentos que ingerimos; es ideal elegir platos tamaño moderado para servir los alimentos. Por otro lado, para no comer demás sugiero no llevar la fuente a la mesa sino servir a cada comensal su porción.
El arcoíris en tu plato. Mientras haya más colores presentes en tu alimentación, más nutrientes se están ingiriendo. Por lo tanto, hacé de tu plato un arcoíris, elegí vegetales y frutas de diferente tipo y color, que podés combinar en un mismo plato, crudos y cocidos.
Creá un ambiente seguro. La hora de la comida debería ser un momento de pausa, cuando dejamos de lado la rutina laboral y cortamos para disfrutar de un rico plato, sin apuros, masticando bien cada bocado y lejos del celular o pantallas de TV o PC. De esta manera, nuestro cerebro registra una sola actividad a la vez y es más fácil sentir saciedad, comer lo necesario.
Recordemos la hidratación. Con el calor, el cuerpo aumenta su pérdida de líquidos, por transpiración. Debemos lograr el hábito de hidratarnos diariamente; puede ayudar el llevar una botellita de agua siempre; a la mañana, antes de desayunar, acostumbrarnos a tomar un vaso de agua, y durante el día consumir frutas y verduras de estación.
Actitud positiva. Una actitud positiva mejora nuestra fuerza interior, aumenta la confianza en nosotros mismos y de esta manera nos ayuda a lograr nuestros objetivos, manteniéndonos motivados.
Vive en movimiento. La actividad física no nos puede faltar si deseamos un estilo de vida saludable. Es importante que cada quien encuentre algo que le guste hacer, que disfrute. De esa manera no será una carga ni una obligación, sino algo placentero que además de ser saludable para el cuerpo permita, una desconexión de la rutina y actividad diaria.
Con estos pequeños tips podemos llevar a cabo un estilo de vida saludable durante todo el año y siempre tener presente que comer debe ser un acto placentero y debemos vivir la alimentación de una manera saludable y consciente.