Tener las manos impecables, en todo momento, es posible. En los últimos años, cada vez se volvió más frecuente ver a mujeres –y por qué no hombres- luciendo todo tipo de diseños en sus uñas.
Atrás quedaron los clásicos colores uniformes, para dar paso a la creatividad que posibilitan nuevos métodos de esmaltado. En este marco, el semipermanente logró una popularidad que asciende continuamente.
Se trata de una técnica de larga duración, con características particulares. “Se diferencia del esmalte común que podemos comprar en una farmacia y hacernos en casa, porque su composición es distinta. Son geles que se endurecen bajo la luz ultravioleta de una cabina led”, explica Nazarena Villar, manicura cordobesa.
Así, las uñas pueden permanecer intactas entre 20 y 30 días, bajo la realización correcta del servicio y un adecuado cuidado posterior. Al respecto, Villar amplió: “Es 50% responsabilidad de la manicura y 50% de responsabilidad del cliente. Por parte del profesional tiene que haber una buena preparación previa de la uña y aplicación de productos de calidad”.
“En tanto el cliente, hay varias cosas a tener en cuenta, por ejemplo, usar guantes si estamos en constante contacto con agua o productos abrasivos; no usar las uñas como herramientas; evitar rasparla con superficies y procurar no morderlas ni llevar las manos a la boca porque la saliva debilita”, detalló.
Asimismo, destacó la manicuría rusa combinada, como una herramienta aliada a la hora de trabajar eficazmente. En esta, con un torno “similar al que usan los dentistas, tijera y alicate, se dispone la uña, sobre todo la zona de cutícula y piel, para que estéticamente quede mejor y se prolongue la conservación”.
Por otro lado, el capping, un recubrimiento de gel para dar más grosor y evitar que la uña se escame o quiebre, también es una metodología en boga. “Sirve para llegar al largo deseado, sin necesidad de usar extensiones”, añade Nazarena.
Sin riesgos
Como en cualquier técnica, los mitos asociados son numerosos. Que debilita las uñas y que deben descansar entre cada aplicación, para “respirar”, son quizá los más frecuentes. No obstante, Villar aclaró que “no implica ningún peligro”.
“Si hay algún daño es por un mal uso de los productos o incorrecto retirado”, afirmó y continuó: “Además, hay personas que se arrancan el semipermanente y así también se sacan una capa de la uña. En ese caso hay que esperar que se recomponga para volver a hacerse, pero no tiene que ver con el proceso en sí”.
La joven, desde la infancia, se sintió atraída por el universo de las uñas. “Me pintaba todo el tiempo y me gustaba hacerme dibujos, mirar tutoriales”, rememoró. Fotografías gentileza Nazarena Villar.
A su vez, detalló que “la lámina de la uña está formada por queratina, que es una sustancia muerta” e indicó: “No necesita nada del exterior para crecer sanamente, por lo tanto, es mentira que necesita respirar”.
Por último, comentó: “No hay problemas si el profesional realiza todo correctamente, utilizando elementos hipoalergénicos, aprobados por ANMAT y con materiales que deben estar esterilizados”.